Empezamos el día muy temprano y pusimos rumbo al recinto arqueológico de Uxmal, con la impresionante pirámide del Adivino. A mediodía llegamos a comer a la Hacienda Henequera Sotuta de Peón, donde además, realizamos una visita guiada que acabó con un baño en un cenote. ¿No está mal, no?
Nuestra primera visita fue Uxmal. Cuando llegamos acababan de abrir y estuvimos prácticamente solos durante toda la visita (1h30 min, $499/persona). El recinto arqueológico de Uxmal es uno de los sitios más importantes y emblemáticos de la civilización maya. Su nombre proviene del idioma maya yucateco "Uxmal", que significa "tres veces construido" o "tres cosechas". Esta denominación podría hacer referencia a la antigüedad del lugar y a las múltiples etapas de construcción que tuvo a lo largo de los siglos. Sirvió como centro político y económico durante el periodo clásico temprano y tardío (200-900 d.C.). Uxmal es famoso por su arquitectura estilo Puuc, caracterizada por sus elaborados frisos y muros lisos.
Comenzamos nuestro recorrido por Uxmal visitando la Pirámide del Adivino, también conocida como la Pirámide del Enano. Este imponente edificio es el más alto del sitio, con cinco niveles que se elevan hacia el cielo. La leyenda cuenta que fue construida en una noche por un enano dotado de poderes mágicos. Su diseño ovalado y la intricada decoración de la fachada son verdaderamente impresionantes.
A diferencia de muchas otras pirámides mayas que tienen una base cuadrada, la Pirámide del Adivino tiene una base ovalada, lo que le da una forma única. Tiene cinco niveles y alcanza una altura de aproximadamente 35 metros, dominando el paisaje de Uxmal. Cuenta además con varias escalinatas que conducen a diferentes niveles y templos. En particular, hay una empinada escalinata en el lado oeste que lleva a la entrada de un templo decorado con mascarones del dios Chaac, el dios de la lluvia, aunque actualmente ya no está permitida la subida.
Algunos arqueólogos creen que la pirámide pudo haber servido como observatorio astronómico debido a su alineación con ciertos cuerpos celestes y fenómenos astronómicos. Esto habría permitido a los mayas predecir eventos importantes como eclipses y solsticios.
Como muchas estructuras mayas, la Pirámide del Adivino también tuvo una función ceremonial. Era un lugar sagrado donde se realizaban rituales religiosos para honrar a los dioses y pedir por buenas cosechas y lluvia.
Desde la pirámide, nos dirigimos al Cuadrángulo de las Monjas, un amplio patio rodeado por cuatro edificios con ornamentaciones exquisitas. Este complejo recibe su nombre por su apariencia similar a un convento, aunque se cree que fue un centro administrativo y religioso. Las fachadas están decoradas con frisos de piedra labrada que representan serpientes, máscaras de Chaac y figuras geométricas. La grandiosidad de los edificios hacen que la visita sea realmente espectacular.
A continuación, visitamos el Palacio del Gobernador, considerado una joya de la arquitectura maya. Este edificio, que se extiende a lo largo de más de 100 metros, está elevado sobre una plataforma y presenta una fachada adornada con mosaicos de piedra que forman complejos diseños geométricos y figuras de dioses. Desde la escalinata principal, tendremos una vista panorámica del sitio.
Muy cerca del Palacio del Gobernador se encuentra la Casa de las Tortugas, un pequeño pero fascinante edificio cuyo nombre proviene de las figuras de tortugas esculpidas en su cornisa. Las tortugas eran un símbolo de longevidad y agua para los mayas.
Posteriormente, nos dirigimos a la Gran Pirámide, una estructura parcialmente restaurada a la que tampoco está permitido subir. En su parte superior, se puede observar un templo con esculturas de guacamayas y otros elementos decorativos.
Finalmente, terminamos nuestra visita en el Palacio del Adivino, otro edificio notable situado al suroeste de la Gran Pirámide. Este palacio presenta una serie de habitaciones conectadas por arcos y techos abovedados, con decoraciones que incluyen figuras de serpientes y mascarones de Chaac, el dios de la lluvia.
Uxmal es un testimonio de la avanzada arquitectura y rica herencia cultural de la civilización maya. Cada estructura cuenta una parte de su historia y ofrece una experiencia arqueológica inigualable.
Tras haber disfrutado de esta fascinante visita, cabe decir que el recinto arqueológico que más nos gustó de nuestro viaje, nos dirigimos, ya de regreso a Mérida, a la Hacienda Sotuta de Peón ($945/persona tour de 3 horas).
La Hacienda Sotuta de Peón es una joya histórica ubicada en el corazón de Yucatán, que nos transporta al esplendor del auge henequenero de la región. Fundada en el siglo XIX, la hacienda se dedicó principalmente a la producción de henequén, una planta conocida como el "oro verde" por su importancia económica. Durante el apogeo de la industria henequenera, Yucatán se convirtió en uno de los principales productores mundiales de fibras duras, utilizadas para la fabricación de cuerdas y sacos.
Con la llegada de nuevas tecnologías y la globalización, la demanda del henequén disminuyó, y muchas haciendas en Yucatán fueron abandonadas. Sin embargo, Sotuta de Peón ha sido restaurada meticulosamente para preservar su herencia y ofrecer una ventana al pasado.
Antes de iniciar la visita, aprovechamos para degustar 3 antojitos mexicanos riquísimos, que estaban incluidos con nuestras entradas. El restaurante de la Hacienda tiene un ambiente acogedor y tradicional, con decoraciones que evocan la historia de la hacienda y su importancia en la industria del henequén. También se puede comer a la carta.
Después de comer iniciamos una vista guiada de 3 horas de duración. La visita a la Hacienda Sotuta de Peón es una experiencia fascinante. A lo largo del recorrido, pudimos explorar las diversas etapas del proceso de producción del henequén y conocer la historia de la región.
La visita comienza en la Casa Principal, una majestuosa residencia de estilo colonial que ha sido restaurada para reflejar la opulencia de la época. Aquí pudimos admirar muebles antiguos, decoraciones originales y fotografías históricas que narran la vida cotidiana en la hacienda. En la casa Principal nos sirvieron un cóctel de bienvenida (bebida natural, sin alcohol).
Aquí pudimos admirar muebles antiguos, decoraciones originales y fotografías históricas que narran la vida cotidiana en la hacienda. En la casa Principal nos sirvieron un cóctel de bienvenida (bebida natural, sin alcohol).
A continuación, se visita la planta de procesamiento de henequén, donde se explica el proceso de transformación de la planta en fibras utilizables. Los guías demuestran cómo se extrae la fibra de las hojas del henequén, un proceso laborioso que ha permanecido prácticamente inalterado durante siglos. Pudimos ver la corchada manual (elaboración de sogas a mano), la raspadora (extracción de la fibra de henequén), la prensa (elaboración de pacas) y la corchería (elaboración de sogas a máquina).
También dimos un paseo en "trenecito", un pequeño tren tirado por mulas que recorre los terrenos de la hacienda. Este transporte tradicional se utilizaba para trasladar el henequén desde los campos hasta la planta de procesamiento.
En nuestro recorrido en “tren”, hicimos una parada para visitar la Casa Maya, una reconstrucción que ofrece a los visitantes una visión auténtica de cómo vivían las familias mayas durante la época del auge henequenero. La casa está construida con materiales tradicionales como madera y piedra, y está diseñada para ser resistente y adecuada al clima cálido y húmedo de Yucatán. Incluye varias habitaciones, un área de cocina, y un espacio para almacenar alimentos y herramientas.
El interior de la casa está decorado con muebles y objetos que eran comunes en las casas mayas de la época, incluyendo hamacas, cestas, y utensilios de cocina. Estos elementos ayudan a crear una atmósfera auténtica y aportan un toque de realismo a la experiencia.
Finalmente llegamos al cenote Dzul-há (caballero de agua), donde tuvimos una hora libre para disfrutar de sus aguas poco profundas. El cenote no es demasiado grande pero sus aguas son cristalinas y la cueva es espectacular. En el área del cenote hay vestidores para cambiarse y un pequeño bar.
Después de este increíble recorrido por la historia henequera de Yucatán, con paseo en carro tirado por mulas y baño incluido, regresamos finalmente a Mérida con las últimas luces del día.
Tras un paso por el hotel para adecentarnos un poco, salimos a cenar y pasear por Mérida en nuestra última noche en esta preciosa ciudad. Asistimos al espectáculo “Diálogos de un conquistador” que tiene lugar a las 20:30h en la fachada de la Casa Montejo. Este evento combina historia, teatro y narrativa para ofrecer a los asistentes una inmersión en el pasado colonial de Yucatán, en el que se narra la historia del encuentro de Francisco de Montejo y un indígena, con los sucesos que se dieron para la conquista de Yucatán y la fundación de Mérida. Fue un buen punto y final para nuestra visita a Mérida. Después de comernos unas pizzas en la esquina de la calle de nuestro hotel, nos fuimos a descansar.