¿Quién dijo que las vacaciones son para descansar? Con las primeras luces del alba pusimos rumbo a Paracas, donde a las 8h nos esperaba un barco para llevarnos a las islas Ballestas. Reservamos por internet en la agencia Paracas Explorer, que habíamos visto recomendada en algún foro y en la guía Lonely Planet (17€ por persona).
Llegamos a la agencia sobre las 7:00h. Por whatsapp nos facilitaron la ubicación, en el Hotel Los Frailes (+51 926899756 Paracas Explorer). En la recepción de la agencia había disponible té y café. Pudimos aparcar en la puerta sin dificultad. Al cabo de un rato nos acompañaron al puerto y embarcamos en un bote semicubierto.
El tour completo fue de 2 horas de duración y pudimos ver el famoso geoglifo de El Candelabro así como la fauna local que habita en las islas Ballestas.
Durante la travesía navegamos junto al litoral de la península de Paracas. Desde la embarcación vimos las líneas talladas del enigmático geoglifo de El Candelabro. Tiene unas dimensiones de 128 metros de alto por 57 de ancho y está situado en una colina de 75 metros de alto. No se sabe qué representa, si está en conjunción con la constelación Cruz del Sur, si es un cactus estilizado, un símbolo de poder de la cultura Chavín, o si tiene relación con las líneas de Nazca. Lo más probable es que date del S.XIX, ya que no hay noticias anteriores de su existencia. De hecho no se sabe nada!!.
Después de hacer un montón de fotos, navegamos una media hora más hasta llegar a las islas Ballestas. Es posible que durante el trayecto te salpiques de agua, conviene ir preparado. No está de más llevar un impermeable, y también tomar algo contra el mareo, y sobretodo, llevar ropa de abrigo, en el barco hacía mucho frío y aire.
En las islas Ballestas, conocidas como las “Galápagos de los pobres”, hay numerosos arcos y cuevas, donde pueden avistarse manadas de ruidosos leones de mar en las rocas. Las colonias de miles de cormoranes guanay, piqueros peruanos y pelícanos, son los mayores productores de guano de la zona, un fantástico abono natural. El gobierno aún lo recolecta. Otro consejo: estos miles de aves productoras de guano, podrían regalarnos una buena salpicadura de “abono natural”, por lo que es aconsejable taparse la cabeza (gorra, capucha) y también llevar un pañuelo/toallita perfumada por el intenso olor que desprende…al fin y al cabo, es abono!!!
También se pueden ver cormoranes, pingüinos de Humbolt, y con suerte delfines. Nosotros vimos una pareja de pingüinos en lo alto de una roca y una familia de leones marinos que salieron del agua justo delante de nuestra embarcación.
La gran cantidad de fauna marina en esta zona se debe precisamente a la corriente de Humbolt. Esta corriente de agua fría es la responsable de regular el clima en parte de la Costa Oeste de América del Sur, especialmente en la zona comprendida entre Perú y Chile.
El origen de la corriente se debe al ascenso de las aguas profundas, que se caracterizan por ser frías y ricas en nutrientes. Es por eso que esta zona se considera uno de los ecosistemas marinos más grandes del mundo.
Durante la navegación, también paramos junto a unos pescadores, pasamos junto a un barco tumbado por el tsunami de 2007, exploramos una cueva y vimos una roca con la forma de la cara de Cristo...o eso dicen!.
Después de este espectacular recorrido, regresaremos al embarcadero y aprovechamos para desayunar en un bar del puerto. Compramos unos dulces locales en un puesto callejero para acompañar nuestros café/tés.
Después de reponer fuerzas, pusimos rumbo a Lima con nuestro coche de alquiler. Sin realizar ninguna otra parada, y después de 3 horas de conducción y un buen rato de caravana (se desplomó un coche por un puente), llegamos a Pachacámac, donde nos esperaban un montón de pirámides!! (S/10).
Nada más llegar, y tras comprar el ticket de acceso (S/15) nos fuimos directos a la cafetería para comer algo. Después de comer, cogimos de nuevo el coche para entrar al recinto arqueológico. Se puede hacer el recorrido a pie (unas 2 horas).
La gran zona arqueológica de Pachacámac alberga las ruinas de un importante santuario formado a lo largo de 1500 años, desde la cultura Lima (200 d.C) hasta la llegada de los españoles (1533), cuando fue abandonado.
Está formada por una zona alta, en la que se levantan los edificios principales como el Templo del Sol; y una zona más baja, cercana a la playa y dedicada al cultivo.
El recinto estaba amurallado e incluía una laguna. Los primeros edificios se construyeron en el 200 a.C, como el Templo de los Adobitos, el Templo Viejo y el templo de Urpihuachac, cuando la importancia del santuario era sólo local.
Hacia el 650 d.C, con la llegada de los Huari (de la región de Ayacucho), la influencia de Pachacámac se extendió a otras zonas de los Andes, y se construyó el Templo Pintado o Templo de Pachacámac, descubierto en 1903. En las terrazas de este templo se encontraron 30.000 tumbas!!
Entre el 900-1400 d.C, bajo la influencia de la cultura Ishmay, se construyó el gran centro ceremonial urbano, que constaba de otros 15 templos con rampa.
Cuando llegaron los incas (1450-1532), adecuaron las construcciones a sus necesidades e hicieron el Templo del Sol, situado en la zona más alta, con unas impresionantes vistas del Océano Pacífico; el Acllahuasi, o convento de las vírgenes del Sol; el Palacio de Taurichumbi, la Plaza de los Peregrinos y el Ushnu, o plataforma de ceremonias.
Parece ser que durante la época inca, el oráculo decayó (falló al predecir la llegada de los españoles), y el santuario perdió importancia como ciudad sagrada y oráculo.
Poco queda de la mayoría de las construcciones, aunque hay algunas que destacan especialmente:
- Templo del Sol: época Inca. Es la más imponente del complejo arqueológico, pues estaba destinada al culto del Dios Sol y se eleva hasta 40 metros sobre el nivel del suelo.
- Templo de la Luna o Acllahuasi: Otra construcción Inca, el Acllahuasi era el lugar de residencia de las “acllas”, las mujeres "escogidas" para servir a los Incas.
- Templo Viejo: Este edificio fue construido hace más de mil años por la cultura Lima, lo que lo convierte en la construcción más antigua de Pachacamac. Aunque actualmente se encuentra muy deteriorada, aún se puede apreciar su muro de contención hecho de adobitos.
-Templo de Pachacamac (Templo Pintado): Esta pirámide escalonada fue construida durante la época Wari, y su nombre viene de sus paredes, que estaban pintadas de un color rojizo y en algunos sectores tenían figuras multicolores de peces, animales marinos y plantas.
También visitamos el Museo de Sitio de Pachacamac. Este museo alberga una colección de más de 6500 piezas históricas de diversas culturas, todas halladas en Pachacamac. Una de sus piezas más destacadas es el ídolo bifronte, procedente del Templo Pintado y descubierto en 1938. Se trata de un poste de madera de unos 3 metros de altura, y en cuya parte superior hay representado un personaje con dos caras opuestas y ropajes distintos. El de un lado adornado con maíz y plantas, y el del otro lado con felinos y serpientes.
Se cree que la talla, usada como oráculo, estaba encerrada a oscuras en la cámara alta del santuario y sólo podía ser consultada por la clase noble y los sacerdotes.
Después de hacer un recorrido con nuestro coche por el recinto arqueológico parándonos en las construcciones más interesantes, pusimos rumbo a Lima (45min). Dominando ya la conducción temeraria, llegamos hasta la oficina de Sixt en Miraflores, donde la empleada de la agencia suspiró aliviada al vernos aparecer con el coche de una pieza. Después de los trámites de rigor, volvimos caminando al hotel Casa Suyay, y después de instalarnos y descansar (pero muy rápido), salimos de nuevo en un InDrive para asistir al espectáculo Circuito Mágico del agua (hay pases a las 19:15h, 20:15 y 21.10h todos los días, S/5).
Ubicado en el Parque de la Reserva, fue inaugurado en el 2007 y en el 2009 le fue otorgado el récord Guiness por ser el complejo de fuentes más altas del mundo en un parque público.
El parque cuenta con 13 fuentes interactivas que se sincronizan perfectamente con una combinación de luces y música, creando un espectáculo verdaderamente hipnótico. Cada fuente tiene su propio estilo, desde delicadas cascadas hasta poderosos chorros de agua que alcanzan alturas impresionantes.
Las fuentes son interactivas (puedes mojarte en ellas y atravesar sus chorros). El recorrido culmina con el espectáculo de luces en la Fuente Fantasía, de 120 metros de largo, donde se proyectan imágenes del Imperio Inca y la conquista de Perú, todo ello acompañado de música.
Después del show, regresamos en InDrive al hotel, y salimos a cenar por los alrededores del Parque Kennedy, en la calle de las pizzas. En el centro del parque había un mercado artesanal y mucho ambiente. Tras un breve paseo, nos fuimos a descansar a nuestro hotel.