Madaba es la ciudad más cristiana de toda Jordania. Conocida como la ciudad de los mosaicos, en ella se pueden visitar gran cantidad de iglesias, tanto ortodoxas como cristianas. Además, muy cerca de Madaba se encuentra el Monte Nebo, uno de los lugares más sagrados para el mundo cristiano, ya que según la Biblia es aquí donde Moisés vio por primera vez la Tierra Prometida.
A primera hora subimos hasta el Monte Nebo, uno de los lugares imprescindibles para ver en Madaba. Este monte situado a medio camino entre el mar Muerto y Madaba, debe su reputación a los relatos bíblicos que cuentan que es el lugar desde donde Moisés avistó la Tierra Prometida. También aquí se cree que está enterrado Moisés, aunque tampoco hay ninguna prueba de ello. Lo que sí es cierto es que desde la cima del monte, de unos 700 m de altitud, se tienen fantásticas vistas de todo el valle del Jordán, del Mar Muerto y en el lado israelí de los Altos del Golán, Jerusalén (a sólo 45km), Belén y Jericó, la ciudad más antigua del mundo.
En la cima podemos ver el Memorial de Moisés, una tabla labrada en piedra que indica que el Monte Nebo es un lugar santo para el cristianismo.
Pero el principal edificio abierto al público es la basílica construida en la segunda mitad del siglo VI, la Iglesia de Moisés, en la que destaca el gran mosaico del pavimento, de 9x3 metros, una obra de arte que se conserva en bastante buen estado y que representa escenas de caza, elaboración de vino, y animales (entrada 3JOD).
Junto a la iglesia, hay un nuevo y pequeño santuario que alberga a la comunidad franciscana (no se puede visitar), y un pequeño museo.
A lo largo del recorrido por el Memorial, también se puede ver el olivo que plantó el Papa Juan Pablo II en una de sus visitas, y que tiene como objetivo la paz entre cristianos, musulmanes y judíos; y una escultura en forma de serpiente de hierro que simboliza el sufrimiento y la muerte de Jesús en la cruz y que indica el punto exacto en el que según la Biblia una serpiente le habló a Moisés indicándole la tierra prometida.
Bajando del Monte Nebo hicimos una parada en la Iglesia de los Santos Lot y Procopio. La entrada es gratuita y al llegar nos recibió una persona que nos abrió la puerta y nos acompañó al interior. Estábamos completamente solos y pudimos disfrutar de sus mosaicos y de la tranquilidad del lugar.
Ya de regreso a Madaba, dejamos el coche en el hotel y salimos a explorar la ciudad. Se puede empezar la visita de Madaba por el centro de visitantes. El edificio, una bella casa tradicional restaurada de finales del S.XIX, contiene panales informativos y proyecta un vídeo que sitúa Madaba en su contexto histórico, aunque está más orientado a la recepción de grupos.
Junto al centro de visitantes encontramos el Parque arqueológico, creado para preservar y hacer accesibles al público los restos de la época romana y varios pisos de mosaico bizantino de gran valor. Fue inaugurado en 1995 y consta de dos secciones.
En la sección oriental (Parque arqueológico I), además de ruinas y mosaicos de la zona, se encuentra la iglesia de la Virgen María, construida en el S.VI y descubierta bajo el suelo de una casa particular en el 1887. En la iglesia hay un mosaico central, posiblemente del año 767.
En la entrada del parque se exhibe el fragmento de mosaico más antiguo que se ha encontrado en Jordania. El camino sigue por la calzada romana y se llega hasta la Iglesia del profeta Elías (del año 607), con preciosos mosaicos, y luego se baja a la cripta (año 595).
Enfrente se encuentra la estructura techada de la Sala de Hipólito, una villa bizantina del S.VI, con mosaicos de gran valor.
En la parte occidental (Parque Arqueológico II) se encuentran dos sitios destacados del patrimonio cultural de Madaba: los mosaicos del Palacio Quemado y la Iglesia de los Santos Mártires.
El Palacio Quemado fue una lujosa residencia bizantina, con habitaciones y pasillos, pórticos y patios exteriores, construida a finales del siglo VI y principios del VII, muy probablemente para el sacerdote de la cercana Iglesia de los Mártires.
Los arqueólogos encontraron varios rastros de incendio que causó daños parciales a la estructura. El incendio pudo haber sido desencadenado por el terremoto de 747 que también causó la destrucción del edificio. La construcción de una casa moderna a principios del siglo XX causó nuevos daños al lugar y a sus mosaicos.
Lo que queda de los mosaicos de El Palacio Quemado contiene notables y exquisitos ejemplos de diseño bizantino. También se conserva una cisterna y canales de drenaje de agua dentro de las instalaciones de este singular complejo residencial.
La Iglesia de los Santos Mártires, conocida por los cristianos locales como la Iglesia de al-Khadir, está situada en el lado sur de la calle romana pavimentada. Fue excavada por el Instituto Evangélico Alemán en 1966, y más tarde por otros arqueólogos.
Datada en el siglo VI, la basílica de 32 x 16 m tenía tres puertas de entrada en la fachada. Las bases y columnas, así como los capiteles y los escalones del synthronon (banco semicircular en el ábside para el clero) se reutilizaron a partir de antiguas edificaciones romanas. El mosaico ya había sido dañado en épocas anteriores y sufrió daños adicionales durante la excavación, de todas formas, la decoración sigue siendo visible.
Las visitas de ambas zonas se pueden hacer con un guía local (en inglés), que te acompaña a lo largo de los restos arqueológicos mientras puedes ver como continúan excavando.
A continuación visitamos la Iglesia de San Jorge, sin duda el lugar más destacado de Madaba. La iglesia ortodoxa de San Jorge fue construida en el siglo XIX sobre una antigua iglesia bizantina. Fue en el momento de la construcción de la nueva iglesia cuando se descubrió que la antigua iglesia albergaba uno de los mosaicos más importantes del mundo cristiano. Un mapa de las cruzadas del siglo VI en el que se puede contemplar la representación cartográfica de la Tierra Santa más antigua de la historia.
Del mapa mosaico, que originalmente tenía un tamaño de 25 por 6 metros, solo se conserva más o menos un tercio. Se distinguen los mares principales, como el Mar Muerto o el Mar Mediterráneo, y también las ciudades más importantes, como Jerusalén. Para entender bien el mapa merece la pena contemplar el panel informativo que se encuentra en la pared del Centro de Visitantes fuera de la iglesia.
Después de estas visitas hicimos un alto para comer en un patio muy cerca de la iglesia de San Jorge. Bastante caro para ser Jordania y el servicio era muy lento, no nos hicieron mucho caso, la verdad.
Después de comer seguimos nuestro recorrido a pie por la ciudad. Pasamos por Dar Al Saraya, un magnífico edificio otomano construido a finales del S.XIX. Fue centro de la administración británica en 1922, se ha restaurado muy bien y existen planes para convertirlo en un restaurante.
A continuación visitamos la Iglesia de la Decapitación de San Juan Bautista. Esta iglesia católica romana de principios del S.XX, en uso, es una fascinante visita a causa de la restauración del yacimiento arqueológico que hay debajo, el Museo del Acrópolis, el sótano de la iglesia con restos ¡¡de hace 3000 años!!.
En la iglesia se puede ver una exposición de fotografías y una réplica de mosaicos. Se puede subir al campanario a contemplar las vistas de Madaba (nuestra viajera senior nos esperó abajo).
Muy cerca de aquí se encuentra el Museo de Madaba (incluido en la Jordan Pass). Situado en varias casas antiguas, alberga algunos mosaicos de interés, aunque no tan impresionantes como el resto. Incluye además, el pequeño museo del folklore, que expone joyas y trajes tradicionales. Su patio con palmeras es muy agradable.
Siguiendo nuestro paseo llegamos a la Iglesia de los Apóstoles. Esta iglesia de aspecto insignificante, alberga un extraordinario mosaico dedicado a los 12 apóstoles.
El mosaico, que parece un bordado, se realizó en el año 568 y es uno de los pocos en los que aparece el nombre del maestro artesano (Salomios). La parte central muestra a Talasa, una personificación femenina del mar, rodeada de peces y criaturas marinas. Las esquinas lucen animales, aves, flores y frutas de la zona, y caras de querubines.
En Madaba también podemos encontrar el Instituto del mosaico y la Mezquita del Rey Hussein. La gran cúpula dorada de la mezquita, junto a sus dos minaretes, se activa a todo volumen con la llamada a la oración seis veces al día.
Después de callejear un rato más, hacer algunas compras y tomarnos un té a la menta, pasamos un rato por el hotel, antes de volver a salir para cenar.
Cenamos en Haret Jdoudna, un magnífico restaurante en pleno centro de Madaba, con un patio decorado con fuentes y varias zonas con mesas. Alrededor del patio hay también algunas tiendas de artesanía. La comida estaba exquisita y el servicio impecable. Un restaurante de lujo a precios normales, totalmente recomendado. De hecho, cenamos aquí las dos noches que pasamos aquí. Y entre humnus y otras delicias, acabamos nuestro primer día por libre en Jordania, recorriendo Madaba, una ciudad que nos encantó!!