Superado el jetlag del primer día y después de haber tomado contacto con el ambiente de Playa del Carmen, embarcamos en un ferry con destino a la cercana isla de Cozumel. Compramos los billetes en la web de la empresa Ultramar (28€/persona).
Llegamos hasta el puerto paseando (1,7 km, 30 min) y desayunamos junto al puerto, en Café Antoinette Ferry.
Antes de embarcar nos acercamos hasta las famosas letras de “Playa del Carmen” y la escultura del Portal Maya, símbolo de la ciudad.
Situada en la esquina del Parque Fundadores, antiguo lugar de pobladores mayas, el Portal Maya es una escultura que representa la figura de un hombre y una mujer tomados de la mano formando un gran arco. La parte masculina es empujada por una espiral de viento y la femenina es impulsada por una espiral de agua. En sus columnas se mezclan elementos del pasado maya en honor a esta cultura tan viva aún en esta zona. Durante la noche acoge espectáculos, ceremonias, bailes y diversas actividades culturales, que podremos ver a nuestro retorno de la Isla Mujeres.
Una de los espectáculos que tienen lugar aquí es la Ceremonia Ritual de los Voladores, una danza asociada a la fertilidad que ejecutan diversos grupos étnicos de México y Centroamérica. Se puede ver junto al Portal Maya de Playa del Carmen y también en el Parque de Xcaret.
Su finalidad es expresar el respeto hacia la naturaleza y el universo. En el transcurso de la ceremonia cuatro jóvenes trepan por un mástil de 18 a 40 metros de alto, fabricado con el tronco de un árbol recién cortado tras haber implorado el perdón del dios de la montaña. Sentado en la plataforma que remata el mástil un quinto hombre, el caporal, toca con una flauta y un tambor, melodías en honor del sol así como de los cuatro vientos y puntos cardinales. Después de este acto de invocación los danzantes se lanzan al vacío desde la plataforma a la que están atados por largas cuerdas, giran imitando el vuelo de los pájaros mientras la cuerda se desenrolla, y van descendiendo paulatinamente hasta el suelo. Cada variante de la danza ritual de los voladores representa un medio de hacer revivir el mito del universo, de modo que esta ceremonia expresa la visión del mundo y los valores de la comunidad y propicia la comunicación con los dioses.
A las 8:30h embarcamos en el ferry y a las 9h salimos con destino a la isla de Cozumel. Tras una travesía de 45 minutos llegamos a nuestro destino (conviene ir un poco abrigados, el aire acondicionado en el barco está bastante fuerte).
Cozumel es la isla más grande del caribe mexicano y la tercera más grande de México. Con unas dimensiones de 48km de largo por 16km de ancho, es un destino rico en historia, vestigios mayas y maravillas naturales. Aquí Jacques Cousteau se quedó fascinado por sus arrecifes y manifestó que Cozumel era uno de los mejores destinos de submarinismo y snorkel del mundo.
Otro de los atractivos de la isla es el pueblo de San Miguel de Cozumel por el que tuvimos ocasión de pasear.
Nada más desembarcar cogimos un pequeño coche de alquiler, con la empresa Htl Rentals (43€) para desplazarnos por la isla y, siguiendo la carretera de la costa, llegamos hasta Playa Palancar donde nos esperaba un club de playa en el que nos instalamos para pasar la mañana.
Teníamos reservado un tour de snorkel de 1h30min de duración ($688 MXM/persona). Salimos sobre las 12h en un grupo reducido y una pequeña lancha en la que acabamos empapados antes incluso de echarnos al agua. Hicimos snorkel en Colombia y en el Cielo.
El arrecife de Colombia es uno de los mejores de Cozumel, donde habitan cientos de peces de colores, rayas y tortugas. Incluso pudimos ver varios tiburones y una barracuda. Realmente impresionante.
También paramos en el Cielo, un santuario submarino donde se pueden apreciar las bellísimas estrellas de mar. Tiene una profundidad de tres metros y es ideal para hacer snorkel. Desde allí fuimos nadando hasta una zona de tortugas, donde encontramos otro tiburón.
Tras esta aventura por el increíble mundo submarino, regresamos al Beach club donde nos estaba esperando nuestra tercera mosquetera. Tras secarnos y adecentarnos, nos quedamos a comer en el restaurante del club de playa, un pescado riquísimo y no tan caro como en Playa del Carmen.
Después de comer cogimos nuestro cochecito y nos adentramos en el corazón de la isla para visitar un poblado maya. El Pueblo del Maíz es una aventura interactiva a través de la selva donde nos sumergiremos en la ancestral cultura maya. Habíamos reservado el tour y comprado las entrada a través de su página de facebook y por mensajes privados en Messenger ($480/persona). También disponen de página web. Pagamos por adelantado a través de un enlace que nos enviaron. Fueron muy amables y atentos durante la reserva y estuvimos en contacto días antes.
Nos recibieron pintando nuestra cara como hacían los mayas y, tras el ritual de purificación con inciensos, estuvimos listos para la aventura.
Acompañados por un guía ataviado como los antiguos mayas, conocimos parte de las leyendas, deidades y simbolismos; participamos en talleres de elaboración y de degustación de alimentos a base de maíz, cacao y chicle; conocimos las diferentes fibras naturales; y pudimos ver una representación de la danza en honor a la diosa lunar Ixchel. Hay dos maneras de conocer la cultura maya, en los libros de historia o ¡viviéndola! ¿Quién se apunta?
El recorrido a través del Pueblo Maya tuvo una duración de 1h (16-17h). Fue muy divertido, además estuvimos solos y pudimos disfrutar de nuestro guía y todos los participantes de esta experiencia. Al finalizar, regresamos a San Miguel de Cozumel y devolvimos nuestro coche de alquiler.
Antes de tomar nuestro ferry de regreso a Playa del Carmen (18h) dimos un breve paseo por San Miguel de Cozumel.
En las calles de San Miguel se puede ver una colección de 30 murales de artistas mexicanos y extranjeros. Se trata de Sea Walls: murales por los océanos, un proyecto de arte público surgido en 2015 por iniciativa de la fundación PangeaSeed, con el afán de tratar los problemas ambientales que atañen al mar y los ecosistemas que lo rodean, como el corte de aletas de tiburón, la sobrepesca, el desarrollo costero, el cambio climático y la conservación de los arrecifes de coral.
También se puede ver el reloj público (construido en 1910), pasear por el malecón y ver las esculturas de la diosa Ixchel o las ubicadas en la explanada de la bandera.
Ya de regreso a Playa del Carmen regresamos caminando hasta el hotel. Pudimos ver parte del espectáculo en el Portal Maya y disfrutar del ambientazo de la Quinta Avenida, haciendo también algunas compras. En vez de cenar, optamos por unos enormes helados en Aldo’s, una cadena de heladerías que sólo se encuentran en Playa del Carmen y Tulum. ¡Un helado en Aldo’s equivale a una comida de tres platos! ¡Están riquísimos!.