En ningún viaje a Perú puede faltar la visita que hoy nos esperaba: La Ciudadela Inca de Machu Picchu, una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno.
Rodeada de vegetación y envuelta en bruma, la emoción de estar aquí supera cualquier expectativa. Ni siquiera los conquistadores españoles supieron jamás de su existencia, por lo que permaneció en el olvido hasta principios del S.XX, cuando el explorador Hiram Bingham redescubrió el lugar. Los arqueólogos no han podido determinar la fecha de construcción de esta ciudad perdida. Los estudios más recientes datan los primeros edificios de la época del inca Pachacútec. Tampoco se sabe por qué fue abandonada, pero como hay edificios inacabados y tampoco se encontraron objetos de valor, se cree que cuando sus habitantes abandonaron el lugar, se llevaron sus pertenencias con ellos. Las causas pudieron ser la falta de agua, la guerra entre los seguidores de Atahualpa y Huáscar, alguna enfermedad traída por los españoles.
La opinión más sugerida es que se trataba de una llacta, o centro político y administrativo del imperio inca, para contabilizar y almacenar los productos de las regiones conquistadas. En este centro residían los funcionarios de la administración con sus criados, soldados y artesanos que trabajaban la lana y la cerámica.
Tiene dos áreas diferenciadas, la agrícola y la urbana. En el área agrícola hay terrazas de cultivo de paredes de 4 metros, que permitían hasta 3 cosechas al año y alimentar a una ciudad de unos 1000 habitantes. Entre las terrazas hay algunas casas sueltas. En el área urbana quedan restos de más de 200 edificios comunicados por un total de 3000 peldaños de escaleras y provistos de un sistema de canales y fuentes. Casi todos los edificios son cuadrados y de un piso, pero hay también 41 edificios de 2 pisos a los que se les ha llamado Palacios o Templos, casi todos en el Barrio Noble. También hay un Barrio Sagrado con 3 templos al pie del Intihuatana, el punto más alto de la ciudad; y un Barrio Popular, con un montón de construcciones de estilo inca.
Debido a su ubicación, totalmente alejada del Camino Real, inaccesible y desconocida para la mayoría de la población, Machu Picchu pudo haber servido de refugio para la aristocracia inca. Con la captura del último inca rebelde, Túpac Amaru, la fortaleza quedó olvidada y la vegetación se encargó de ocultarla. Y ahora nosotros estábamos a punto de descubrirla!!.
Recientemente habían cambiado los circuitos para la visita y como ya teníamos las entradas compradas en la web antigua, tuvimos que adaptarnos a las nuevas opciones. Teníamos las entradas a la Llacta a las 8h (circuito 1+2 antiguo) y al puente inca a las 9h, y acabamos realizando el tour 2A. Si queríamos hacer el puente inca, teníamos que suprimir la parte baja de la ciudadela, así que optamos por esta opción que incluía la parte alta, con la foto clásica, y todos los templos y edificios de la parte baja.
Así que tras desayunar y cargarnos de energías, nos fuimos a la parada del autobús a hacer la cola para subir a la Ciudadela. En la cola habían guías que ofrecían sus servicios y nosotros cogimos a Karen, una guía privada por 60USD. De esta manera podríamos ir a nuestro ritmo. Tras un trayecto de 30 minutos en bus, llegamos a la entrada de Machu Picchu (también se puede subir caminando en unas 2 horas).
Desde la entrada principal, un sendero de unos 100 m nos lleva hasta el inicio del recorrido. A la izquierda, parte una empinada escalera en zigzag que conduce hasta la Casa del Guardián. Durante la subida, ya se van viendo las ruinas. Hicimos varias paradas para recuperar el aliento y escuchar las explicaciones de nuestra guía. Después de esta extenuante subida de unos 15 minutos, llegamos a la parte más alta, el punto más fotogénico de la ciudadela.
Hay dos plataformas y aún hay que subir un poco más hasta la segunda, para obtener la vista más panorámica de todas. No hay palabras. Es como estar en el cielo!
En la segunda plataforma se encuentra la Casa del Guardián, una de las construcciones más famosas de Machu Picchu, pero no precisamente por la calidad de su arquitectura, hecha principalmente por piedras pequeñas y adobe. La fama de esta construcción inca reside principalmente en su ubicación privilegiada. Desde aquí podremos ver una vista completa de la Ciudadela y del monte Huayna Picchu, que se eleva 300 m sobre ella. Es la foto clásica de esta gran Maravilla del Mundo!!!
Como su nombre indica, la función de la Casa del Guardián fue la vigilar la ciudadela inca. En su interior destacan tres ventanas en forma cuadricular con vistas a la Ciudadela de Machu Picchu. Además, es la única construcción con techo de todo Machu Picchu, construido con icchu (una especia de paja).
Desde aquí y hacia fuera de la ciudad parte un sendero hacia el Puente inca, que finalmente descartamos de nuestra ruta. Para acceder a él hay un punto de control, desde donde se inicia una corta caminata de unos 20 minutos, que atraviesa parte del Camino Inca en su bajada desde el Intipunku, la antigua puerta de acceso a la Ciudadela.
El sendero, que no llega a 1 km, transcurre con la pared de la montaña a la izquierda, y el precipicio a la derecha, a través de una frondosa vegetación y atravesando algunos tramos del empedrado inca original. Las vistas del cañón del río Urubamba son excelentes y el paseo es llano y relajado. Al final del sendero se llega a un mirador desde donde se puede ver el puente inca, hecho con troncos de madera sostenidos por dos muros de piedra adosados a una pared casi vertical de la montaña Machu Picchu.
Siguiendo con nuestra visita, desde el punto panorámico de la ciudadela, bajamos por unas escaleras a través de las terrazas de cultivo de la zona agrícola, con llamitas pastando por doquier! La entrada al Barrio Noble se hace a través de una puerta trapezoidal con otra de las vistas más espectaculares de la ciudadela!
Desde aquí se puede ver el Foso Seco, la división ente las zonas agraria y urbana, que habría sido un drenaje de aguas. Además impedía la erosión excesiva del terreno y contribuía al aislamiento del sector ceremonial.
Siguiendo el recorrido atravesaremos los Baños Ceremoniales, un hermoso conjunto de 16 baños conectados que descienden entre las ruinas junto a un tramo de escaleras.
Justo encima de ellos se encuentra el Templo del Sol, el edificio más grande y con mejor ubicación. Se accedía a él través de una puerta de doble marco, la cual poseía un sistema de seguridad (actualmente ya no se puede entrar). El Templo del Sol es una de las pocas estructuras en la que los incas utilizaron muros circulares. Está construido con finos bloques de piedra sobre una enorme roca. En la piedra hay diversos altares tallados, por lo que se supone que tenía una función religiosa. Junto al torreón, hay un muro conocido como “la pared de piedra más bonita de América”, por la perfección con la que están colocados los sillares.
Junto a este edificio se encuentra la Tumba Real. Dicha tumba se trata de una estructura tallada en roca maciza, la que a su vez sirve como cimiento para la base del templo; se trata de una cámara que albergaría el mausoleo.
Después de numerosos estudios, se ha afirmado que este mausoleo se construyó para depositar los cuerpos de la elite del Imperio, personas pertenecientes a las más altas esferas de la aristocracia y altos sacerdotes, así como, a la familia real. Se puede afirmar esto, debido a la formidable labor en el trabajo de tallado, encontrado a lo largo y ancho de la cámara, debido a esto se pasó a nombrar a este mausoleo como la Tumba Real de Machu Picchu, pues además cabe la posibilidad que en algún momento haya albergado el cuerpo del representante más alto de la nobleza, el Inca.
Más adelante pasamos por la zona conocida como Caos Granítico, donde se pueden ver las rocas fracturadas y los bloques de granito parcialmente trabajados. Esta área se usaba como cantera en el momento en que se abandonó el sitio.
Siguiendo el recorrido llegamos hasta la Plaza Sagrada, rodeada por algunas de las estructuras más impresionantes de Machu Picchu: el Templo de las 3 Ventanas, el Templo Principal y la Casa del Sacerdote.
Esta Plaza probablemente fue el principal lugar de culto de la ciudad. En ella había una enorme roca a modo de monolito, que fue retirada para usar la plaza sagrada como helipuerto. ¡¡Aquí aterrizó la reina emérita hace mucho años!! Ahora ya no está permitido aterrizar aquí.
En el lado derecho de la Plaza Sagrada se encuentra el Templo de las Tres ventanas, esta formidable construcción ostenta los trabajos más finos de toda la ciudadela inca. Se trata de un muro trapezoidal (de 10 metros de largo por 4 de ancho) que poseen tres amplias ventanas con vistas a la montaña Huayna Picchu. Para la construcción de este muro los incas emplearon algunas de las piedras más pesadas de Machu Picchu. A ambos lados existen hornacinas que indican que fue un lugar de culto religioso.
Según los investigadores el Templo de las 3 Ventanas le rindió culto a la cosmovisión inca del mundo dividido en tres dimensiones. La trilogía inca la constituían el Hanan pacha (el mundo celestial o superior), el Kay pacha (el mundo terrenal de los hombres) y el Ukhu pacha (el submundo de los muertos). Dichas dimensiones estaban representadas por el cóndor, el puma y la serpiente, respectivamente.
Machu Picchu todavía esconde muchos secretos y rincones por descubrir. Recientes investigaciones (2011) han descubierto una Puerta Secreta, debajo del Templo de las 3 Ventanas, que ocultaría un importante número de objetos de plata y oro. Además, probablemente allí estaría enterrado la momia del emperador Pachacutec, quien mandó edificar Machu Picchu en 1450. Dichas investigaciones, sin embargo, no son suficiente prueba para las autoridades del Perú, que decidieron no excavar la Puerta Secreta. Hasta hoy es un misterio lo que está oculto en esta misteriosa edificación.
En la Plaza Sagrada también se encuentra el Templo Principal, construido con inmensos bloques de piedra tallados y encajados a la perfección. Está diseñada en forma de ‘u’ con una dimensión de 12 metros de largo por 8 de ancho. Cuenta con una mesa ceremonial principal así como varias hornacinas donde se llevaban a cabo los rituales religiosos.
Debido a los movimientos sísmicos y al paso del tiempo, parte de esta construcción está dañada. En la parte posterior existe un recinto que probablemente sirvió como ‘sacristía’ durante los eventos religiosos.
Por una escalera de 78 peldaños se subía a la parte más alta, donde está la “Piedra de amarrar el sol” o Intihuatana (ahora tampoco se permite acceder). Probablemente era un observatorio o servía de calendario para medir las estaciones, predecir lluvias y sequías, organizar las cosechas, o incuso podría haber servido de altar.
Adosado al Templo Principal hay un banco megalítico de 4,30x1,5 m, al que Bingham llamó “sofá”, y pudo ser un altar.
La Casa del Sacerdote tiene dos entradas y nueve nichos interiores, y se supone que era la residencia del sumo sacerdote, pariente directo del Inca, mago y astrónomo mayor, y que desde aquí partía para dirigir las ceremonias religiosas y los rituales en la plaza mayor.
Acabamos de descender hasta el sector inferior de Machu Picchu y pasamos por la Roca Sagrada, un monolito de asombrosas dimensiones tallado por los Incas. Alcanza una altura de 3 metros, sobre una base de 7 metros de ancho. Esta base está tallada a modo de altar. El fino tallado de su base indica que los incas dejaron allí diversas ofrendas como hojas de coca, fetos de animales o sacrificios de llamas. Actualmente es una de las construcciones más famosas de Machu Picchu. Muchos creen que al acercar las manos a la roca de granito, uno se llena de la energía de las montañas. ¡¡Habrá que probar!!
En línea recta y en dirección hacia la entrada, atravesamos el Barrio Industrial o Grupo de los Morteros, el complejo más grande de la ciudad. Sólo tuvo una puerta de acceso por lo que algunas especulan que pudo tratarse de un Acllahuasi o casa de las mujeres escogidas, mujeres dedicadas al servicio religioso o a la elaboración de artesanía fina, de ahí el nombre del complejo o distrito industrial.
En esta zona se encuentra un habitación que tiene dos morteros circulares, ambos de casi el mismo diámetro y labrados en el suelo rocoso, que pudieron ser utilizados para moler elementos diversos para la fabricación de tejidos o cerámica, o tal vez fueron los receptáculos para los recipientes de "chicha", otros piensan que se llenaban con agua y en ellos, funcionando como espejos, se reflejaban los astros.
Al sur del cuarto de los morteros, dos "huayranas" (recintos de tres muros) comparten una sola pared interior, en lugar de su pared frontal presentan una columna que debió sostener las vigas del techo. El conjunto incluye vestigios de un uso ritual, hay altares e incluso una "kancha" (morada de una familia extendida) construida alrededor de una gran roca. Parte de sus ambientes evidencian haber sido residencias de élite.
En el sector industrial también podremos ver una zona de Colcas o almacenes incas. Las Colcas fueron construidas para cumplir la función de graneros y almacenes, que estaban construidos de manera peculiar, ubicadas en forma escalonada en las laderas de los cerros, para obtener la mayor circulación de aire posible, para así poder conservar los alimentos frescos. Debían contar además con un buen sistema de ventilación, además de un sistema de drenaje óptimo.
Estos grandes depósitos servían para almacenar el exceso de la producción, como el maíz, los cereales, la papa seca o chuño, la quinua o la carne salada. La forma y el tamaño de los almacenes, estaban estrechamente relacionadas con el producto que iban a contener, los tubérculos eran almacenados en Colcas rectangulares, mientras que el maíz siempre se almacenaba el Colcas circulares. Las Colcas que podemos ver en la actualidad, han sido reconstruidas por arqueólogos para saber cómo habrían sido las Colcas originalmente en Machu Picchu.
Un poco más delante nos encontramos con otro de los puntos de interés en la ciudad baja de Machu Picchu, los espejos del Agua. Se trata de una formación circular hecha de piedra tallada en el suelo. Al principio se creyó que eran dos morteros para el trigo, pero debido a su simetría no eran útiles para tal fin. Nuevas investigaciones demostraron que estas formaciones estaban destinadas a llenarse de agua, traída de lagos o ríos sagrados, y así reflejar el cielo donde se alzan los dioses incas (el sol, la luna, las estrellas). Debido a ello el lugar fue rebautizado como ‘Los espejos del agua’. Probablemente los incas lo usaban como un observatorio astronómico.
Seguimos recorriendo el sector urbano de Machu Picchu y llegamos al Templo de Cóndor, uno de los ejemplos más espectaculares de lo que pudieron hacer los incas con las piedras en su posición natural, y uno de los templos más sorprendentes en Machu Picchu.
El Templo del Cóndor está acondicionado sobre una cueva natural aprovechando la roca de la montaña. La forma natural de la cueva fue adaptada y moldeada para ser las alas de una enorme ave, debajo de ellas, en el suelo, una enorme piedra tallada en forma de la cabeza del cóndor, a modo de altar. El conjunto representa un cóndor en pleno aterrizaje!
Es posible que este altar a manera de “mesa” fuera un altar de sacrificios. En la pequeña cueva debajo de las alas del cóndor fue descubierta una momia. Imaginaos: los prisioneros de las cárceles eran sacrificados en honor al cóndor y es posible que fueran puestos sobre este altar, para hacer que una de las aves más majestuosas del planeta, descendiera desde las montañas de la Cordillera de los Andes para darse un festín.
Detrás del Templo del Cóndor hay restos de nichos de tamaño humano y una red subterránea de calabozos. Algunos cronistas confirman que hubo varias prisiones Incas. Un ciudadano acusado era atado con grilletes, por un máximo de 3 días en espera de su sentencia. Hechos como el robo, la pereza o la lujuria, eran condenadas con la muerte y como sacrificio al dios Cóndor. Los incas no se andaban con tonterías!!
En la recta final de nuestro recorrido, pasamos por la Plaza del Árbol Pisonay y por la Reserva Arqueológica, una serie de estructuras incas que no tienen techo. Algunas estructuras tienen muchas ventanas, otras estructuras tienen largos pasillos. Regresamos a la zona agrícola , y tras atravesar algunos andenes, nos dirigimos hacia la puerta de salida. Otra MARAVILLA DEL MUNDO visitada!!! Llegados a este punto, hay que volver la vista atrás y despedirse de Machu Picchu en la lengua quechua original con un "Tupananchiskama" o "hasta que volvamos a vernos", ya sea en esta vida o en la siguiente. Hasta siempre Machu Picchu!!!.
Después de esta espectacular visitar y del palizón de recorrerla, regresamos a Aguas Calientes caminando a través del sendero….que no, que no….cogimos el autobús de regreso al pueblo. La visita había durado 3 horas, al ritmo de mi madre, que no fue poco!!. Excepto la subida incial a la Casa del Guardian, el resto del recorrido es bastante asequible. Hay escaleras de bajada pero son bastante buenas, y parte del recorrido se hace por plataformas de madera para no pisar el suelo original, con lo cuál es bastante cómodo y fácil. A pesar de los problemas de salud que no la dejaron en todo el viaje, hizo la visita hasta la cima como una campeona!!.
Comimos en Machu Picchu Pueblo, en la esquina de la Plaza de Armas, recogimos nuestras mochilas del hotel e hicimos tiempo hasta la hora de salida de nuestro tren panorámico Visitadome de Perú Rail (16:40h), para regresar a Cuzco. En este viaje de vuelta, tuvimos actuaciones de música y danzas tradicionales a bordo, además de un pase de modelos de ropa de baby alpaca, y todo acompañado de snacks y bebidas.
El trayecto de vuelto se nos hizo interminable. Al ser ya de noche es mucho más aburrido, además, había un problema con la climatización y a ratos nos moríamos de calor y otros nos congelábamos de frío. Llegamos a la estación de San Pedro sobre las 21h, donde un taxi del hotel nos estaba esperando (S/25). Estábamos muy cansado y algo mareados del tren y de nuevo de la altitud, así que tampoco salimos a cenar. Sin duda, hoy había sido un gran día!.