Después de desayunar, a las 8h de la mañana, nos recogieron los chicos de Vidas Travel para salir en una excursión en grupo al Valle Sagrado. Pusimos rumbo a Pisac, donde visitamos su centro arqueológico. Seguidamente nos dirigimos hacia Urubamba para disfrutar de un almuerzo buffet en un restaurante local. Después de comer seguimos hasta el centro arqueológico de Ollantaytambo, imponente fortaleza Inca en la parte superior de una montaña, famosa por sus callejuelas empedradas y sus terrazas agrícolas. Después de esta visita, regresamos a Cusco por la ruta de Chinchero, donde hicimos una parada para visitar su iglesia y el mercado artesanal.
El Valle Sagrado fue habitado por pequeñas comunidades andinas hasta la conquista de los incas (principalmente bajo el mandato del emperador Pachacutec de 1438 a 1471). Después empezó un periodo de importantes construcciones de andenes, templos y ciudades como: Ollantaytambo, Moray e incluso Machu Picchu.
Durante la guerra civil inca (1529 – 1532), los pobladores del valle se mantuvieron leales al ejército de Huáscar.
Con la llegada de los españoles, el inca rebelde Manco Inca huyó por el Valle Sagrado incendiando Chinchero y asentándose en Ollantaytambo en donde combatió ferozmente a los invasores. Ante su inminente caída, se asentó en la inaccesible selva y estableció su reinado en Vilcabamba.
Con la conquista, los fértiles territorios del valle fueron repartidos por los españoles. Los principales templos fueron destruidos y en su lugar se edificaron iglesias cristianas.
Hoy muchas partes de los sitios arqueológicos incas están deteriorados, ya sea por el tiempo o los daños causados por los españoles.
Aun así, el Valle Sagrado de los Incas es un destino único. Los pobladores conservan muchas de las tradiciones ancestrales, incluso desde la época inca.
Paramos en un mirador para admirar las vistas del Valle Sagrado antes de nuestra primera visita, que fue Pisac (altitud 2972m), poblado famoso por su sitio arqueológico y sus bellos paisajes andinos, las tradiciones de sus pobladores y, además, por su mercado artesanal, el cual ofrece una gran variedad de productos entre alimentos, chocolates, joyas y prendas hechas de alpaca. Recorrer el mercado es una experiencia cultural llena de color.
Visitamos el recinto arqueológico de Pisac, en el que además de terrazas de cultivos, encontraremos baños ceremoniales, un asentamiento residencial y el mayor cementerio inca (el más antiguo de Sudamérica). El lugar pudo ser una fortaleza, pero sobre todo era la hacienda real del inca Pachacútec, con andenes de agricultura, almacenes o collas, edificios domésticos y ceremoniales y acueductos de riego.
El recorrido con guía, de 1h de duración transcurre desde el mirador principal al sector de los andenes (baños litúrgicos), el sector del cementerio inca, la zona militar, el amaru punku (Puerta de la Serpiente) y el Barrio de Qanchis Raqay.
Estos son los lugares más destacados del sitio arqueológico de Pisac:
Grupo de andenes de Acchapata: Está formado por 40 andenes que forman un triángulo invertido, es decir, veremos el andén más pequeño, cuando empecemos a ascender.
Torreones o Pucaras: En total hay más de 20 torreones. Algunos están adosados a la montaña. Los demás son elevaciones de masa compacta.
Barrio de Intiwatana: Es el barrio principal. Alberga templos y palacios finamente construidos. Sus recintos son más grandes en comparación con otros barrios. Aquí se puede ver el ‘Intiwatana’ o “piedra de amarrar el sol”, que como ya habremos vistos en otras ciudadelas incas, servía de centro ceremonial y artefacto astronómico.
Barrio de Tianayuc: Tianayuc se traduce “Que tiene asiento”. Se le conoce así por una especie de sofá para 2 personas hecho de piedra, con respaldo y coderas.
Barrio de K’alla Q’asa: Aquí se pueden ver aposentos, torreones, y un túnel de 3 metros de longitud. Este barrio está construido al lado de impresionantes barrancos.
Barrio de Pisaq’a: Este barrio tiene forma semicircular, en armonía con la circunferencia de la montaña, aquí se pueden ver más de 20 recintos, construidos en asombroso orden.
Barrio de Qanchis Raqay: Este barrio es una especie de puesto de control, vigilando el lado nororiental de la ciudad de Pisac.
Tantana marka: el más grande cementerio inca, con más de 1000 tumbas, desafortunadamente saqueadas, pero se estima que pudieron haber sido hasta 10000.
Después de visitar el sitio arqueológico de Pisac llegamos a Urubamba, pueblo principal del valle, a 2880m de altitud. Puramente agrícola, sólo destaca la iglesia de su plaza, construida sobre restos incas. Hicimos una parada aquí para comer en otro restaurante buffet, con comida exquisita y actuación en directo, antes de seguir con nuestra ruta.
La siguiente visita fue el centro arqueológico de Ollantaytambo (altitud 2792m), el único pueblo inca que continúa habitado. Sus calles de piedra conservan la arquitectura incaica combinada con templos y plazas coloniales. Sus habitantes mantienen algunas de las tradiciones heredadas por sus antepasados incas. Por todo ello recibe el nombre de la ‘Ciudad Inca Viviente’.
La parte baja de Ollantaytambo está dividida en dos por el río Patacancha. En un lado queda el pueblo inca y en el otro, un sector ceremonial, al pie de la fortaleza.
El pueblo conserva unas 50 casas de piedra y adobe, dispuestas en cuatro calles alargadas travesadas por 7 callejas. Cada manzana o cancha, está compuesta de varias viviendas una entrada común a un patio central. En una de estas casas está el Museo Centro Andino (incluido en el boleto turístico, no se visita con el tour).
Al otro lado del río se encuentra el Sitio arqueológico. Se presume que fue el inca Pachacútec (1438-1471) quien mandó constuir Ollantaytambo. Anteriormente había allí construcciones de barro sencillas que fueron sustituidas por diversos templos y edificios de piedra de gran importancia, como el Templo del Sol, el Recinto de las 10 Hornacinas, o los Baños de la Ñusta.
Durante muchos años Ollantaytambo fue un recinto de gran importancia, como ciudadela y recinto religioso. Sin embargo, en el siglo XVI, con la llegada de los españoles liderados por Hernando Pizarro, la ciudad fue saqueada y muchas construcciones fueron destruidas. Los incas huyeron a la selva y Ollantaytambo pasó a ser controlado por los españoles. A pesar de la destrucción el pueblo mantuvo su estructura urbanística inca, por lo que sigue siendo u n lugar muy especial.
Al lado del río y al pie de la fortaleza, está el Sector ceremonial, que probablemente estaba dedicado al culto del agua. Consta de tres partes:
La Plaza Mañay Raqay o ‘K’uychipunku’
Su nombre significa en quechua ‘Plaza de las peticiones’. Se ubica al lado derecho del riachuelo Patakancha junto a la puerta de ingreso del sitio arqueológico. Sus muros tienen muchos vanos que, se creen, serían puertas.
Inca Misana
Sector ceremonial conocido como “Donde el inca dice misa”.
El Baño de la Ñusta
Se trata de una hermosa fuente con 3 salidas de aguas esculpidas en su interior. Se les conocen como fuentes litúrgicas y se podían encontrar en las principales ciudades del Imperio de los Incas.
Desde esta parte llana sube una escalera entre amplios andenes agrícolas. Son escalones altos, unos 150, de piedras bien trabajadas, que ascienden por las gigantescas terrazas. La subida es bastante dura, mucho más que Muchu Picchu, y la altitud tampoco lo pone fácil. En la cima se encuentra la Fortaleza, que consta de varias partes:
La Portada Monumental y el Recinto de las 10 Hornacinas
Esta construcción se ubica al final del grupo superior de andenes. Sus muros están constituidos por dos lienzos pétreos pulidos con gran precisión. Este recinto fue dañado durante la conquista española.
El Templo del Sol
Este impresionante monolito formado de 6 piezas está destruido casi por completo. Sin embargo, sigue siendo una de las piezas más hermosas de Ollantaytambo. Las 6 enormes rocas que forman la pared occidental se acoplan con increíble exactitud. Probablemente este antiguo templo no se llegó a acabar.
Incahuatana
A unos 200m por encima de la fortaleza hay otro grupo de edificios, probablemente fue un puesto de vigilancia.
La Real Casa del Sol
Ollantaytambo aún conserva el trazado de la planificación urbana del incanato. Está conformada por 17 terrazas superpuestas, una sucesión de andenes rectos y amplios orientados hacia el lado de la plaza y el pueblo.
Después de visitar este pueblo inca viviente, regresaremos a Cuzco por la ruta de Chinchero.
Chinchero es reconocido como el ‘pueblo del arcoíris’ pues en época de lluvias (de enero a marzo) es posible observar este fenómeno natural con mucha facilidad en este poblado.
En Chinchero destaca especialmente la plaza principal, una mezcla extraordinaria entre la arquitectura inca y la arquitectura colonial, que convierten a Chinchero un lugar único.
Junto a la plaza se alza los restos de lo que fue el palacio del Inca Túpac Yupanqui, un gran muro inca con 10 hornacinas trapezoidales que se conserva hasta hoy, y muestra lo bello que debió ser el palacio. Sobre los restos de este palacio, está la iglesia de Chinchero, construida hacia 1572 por el Virrey y conocida como la Iglesia de Nuestra Señora de Monserrat.
Esta iglesia es una de las mejores muestras del arte religioso cusqueño, fue levantada sobre muros incas, con un altar decorado en pan de oro de estilo barroco y en cuyas paredes se pueden apreciar obras originales de artistas indígenas.
Además, en la plaza hay un pequeño Museo del Sitio de Chinchero y en sus alrededores se observan construcciones y terrazas incas que muestran el trazo urbano original.
Frente a la iglesia de Chinchero se encuentra una enorme explanada, que conduce hasta el sector de los andenes. El recorrido continúa por unas escaleras que descienden hasta el Camino Inca. Se camina un tramo de esta ruta hasta las rocas recortadas y se regresa al mismo lugar por la parte baja de los andenes. En total unos 30-35 minutos.
Las crónicas cuentan que en 1540 D.C. Manco Inca mandó a incendiar Chinchero mientras huía de los conquistadores españoles, para que estos se quedaran sin provisiones.
En Chinchero los incas edificaron una impresionante red de andenes y caminos incas que rodeaban el palacio de Túpac Yupanqui. Las investigaciones en el sitio arqueológico señalan que el lugar fue poblado antes que los incas por la cultura Killke, la cual aprovechó al máximo las fértiles tierras del lugar. El sitio arqueológico abarca un área de hasta 43 hectáreas donde se puede apreciar andenes, terrazas, recintos de piedra, caminos incas, banco de piedras, canales de agua y templos.
El ancestral pueblo de Chinchero es uno de los más hermosos del Valle Sagrado de los Incas. Un maravilloso lugar donde aún se puede sentir y ver la cultura inca tal como fue en épocas pasadas. Tiene una plaza incomparable asentada sobre lo que fue un palacio inca, y en su mercado de los domingos aún se practica el trueque y se puede observar a la gente con la vestimenta típica de sus antepasados.
También destacan los talleres textiles que siguen fabricando sus productos al estilo artesanal. En los centros textiles se puede ver como las mujeres, vestidas con sus hermosos trajes, realizan el proceso de hilado y teñido de la lana con colorantes naturales, y apreciar la forma como tejen siguiendo la tradición milenaria.
En el pueblo existen decenas de centros textiles que muestran al visitante esta forma ancestral de fabricar sus vestimentas. En cada local hay venta de productos hechos de alpaca y baby alpaca. Nos volvieron a parar en el mismo que ya visitamos en la ruta de Maras y Moray, así que repetimos la explicación.
Como el día había sido bastante intenso y mi madre no estaba ya para caminar mucho, nos quedamos en el mercado artesanal y sólo nos asomamos a los andenes desde el mirador, no hicimos el recorrido completo.
Finalmente regresamos a Cuzco para terminar el día cenando por el centro del “Ombligo del Mundo”, unas empanadas de queso riquísimas.