Bueno, esto se acaba. Este era nuestro último día en Perú y visitamos el Valle Sagrado Sur, con el Parque arqueológico de Tipon (hidráulica inca), la Ciudad pre-inca de Pikillacata y el Mirador de la Puerta del Cielo en Huaro. Regresamos a Cuzco a mediodía y pasamos la tarde realizando alguna visita que nos había quedado pendiente, y alguna que otra compra.
Después de desayunar, salimos en grupo rumbo a Tipón, ciudadela y recinto inca destinado al culto del agua. En el lugar se edificaron terrazas, andenes, habitaciones de piedra, adobe y conductos de agua majestuosamente trabajados.
Como muchos sitios incas de importancia, Tipón fue habitado por grupos humanos y culturas antecesoras a los incas como el caso de los Ayamarcas y los Waris.
Las crónicas señalan que Tipón fue lugar de residencia del gobernante Yahuar Huacac. Su hijo y sucesor en el trono Huiracocha fue quien edificó los principales canales y muros del recinto durante el siglo XV.
Durante la invasión española en el siglo XVI, las edificaciones de Tipón no fueron destruidos, por lo que actualmente mantiene gran parte de su figura original.
Después de más de 600 años, los canales de Tipón siguen fluyendo agua de manera precisa y constante por lo que a este sitio se le considera una ‘Maravilla de la Ingeniería Civil’.
Entre sus estructuras destacan:
Los recintos reales
Se trata de las construcciones más importantes del recinto. Se presume que fue el recinto que Huiracocha mandó construir para su padre. Cuenta con canales de agua, fuentes y jardines.
Los andenes y canales
Todo el sitio arqueológico es muestra del perfeccionamiento de los incas en las obras hidráulicas. Los diversos pisos ecológicos de los andenes habrían servido de centro de experimentación agrario. El lugar se encuentra en buenas condiciones pese al paso del tiempo.
El Intihuatana
El Intihuatana (altar del sol) se refiere a unos recintos construidos en una elevación montañosa. A través de sus ventanas trapezoidales se apreciaba todo el recinto y las luces del sol.
El mirador o Cruzmoqo
Cruzmoqo quiere decir ‘Cumbre donde hay una cruz’. Se trata de un recinto ubicado en lo alto y al norte del recinto arqueológico. Desde su cima se aprecia el Cusco.
Recintos menores
Habitaciones de menor calidad que los recintos reales elaborados de piedra y adobe. Debido a la calidad de su construcción debió albergar a personalidades de menor importancia.
La muralla
Construcciones de grandes dimensiones y longitud. Debió servir para proteger el sitio de los constantes ataques de pueblos rivales.
Después de esta visita, hicimos una parada en un centro de exposición de fotografías del descubrimiento de Machu Picchu, donde nos explicaron la verdadera historia de este descubrimiento a través de fotografía originales hechas por Bingham. En realidad, fue un agricultor, Agustín Lizárraga, quien descubrió Machu Picchu. Allí vivían varias familias, y cuando llegó Bingham, guiado por Pablito, un niño que le hizo de guía, se encontró con un lugar cubierto de vegetación y a penas visible. Contra todo pronóstico, deforestó Machu Picchu en apenas dos semanas, incendiándolo, cosa que provocó el derrumbe de muchos edificios y la destrucción de cualquier rastro de civilización incaica que allí quedara. Las familias que vivían en el lugar, fueron obligadas a marcharse y Machu Picchu quedó dañado para siempre. El “gran descubridor” Bingham fue en realidad un caza tesoros que destruyó un lugar sagrado sin importarle nada. Afirmó que no se había encontrado nada de oro. Dudosa afirmación.
A pesar de la interesante explicación, pasamos mucho rato en este lugar, que también contaba con una tienda y una cafetería. El tour de hoy se nos hizo un poco soporífero. Muchos tiempo esperando para continuar con la siguiente visita, muy lento todo.
Seguimos nuestra ruta hasta Piquillacta, uno de los lugares pre-incas más famosos y mejor conservados de las ciudades antiguas que existieron en Perú. Piquillacta fue desarrollado hacia entre los años 600 y 1000 d.C. Los autores de sus muros y calles de adobe de hasta tres pisos fueron los wari, provenientes de los andes centrales (Ayacucho). La cultura Wari se expandió hacia el sur, ubicándose en regiones andinas como Cusco y Sicuani. Desde allí s e expandieron a los valles occidentales de la costa sur en Arequipa.
Piquillacta se podría traducir como “el pueblo de las pulgas”, o también “pueblo pequeño”. Aquí se puede observar construcciones de adobe que alcanzan hasta dos pisos de altura. Destaca también por sus calles largas y estrechas que recorren sus barrios y plazas. No está muy bien conservado.
Estas son las construcciones wari más famosas en Piquillacta:
Qaranqayniyuj
Este grupo de recintos se encuentra al este de Piquillacta. Está conformado por varias viviendas semicirculares en donde se asentaron gran parte de la población del lugar. Parte de ellas se encuentran en una hondonada natural. La otra se encuentra en una meseta más grande que la anterior.
Choqepucjio
Es de las construcciones más impresionantes del complejo arqueológico de Piquillacta. Se encuentra al lado izquierdo del río Huatanay. Estos edificios tienen características parecidas, construcciones de 2 ó 3 pisos donde las primeras plantas están hechas de piedra y barro. Las plantas superiores están hechas solo de adobe y barro.
Urpicancha
Su nombre se podría traducir como la “casa de los pájaros”. Es una de las estructuras más importantes de Piquillacta. Cuenta con plataformas de extraordinaria calidad, excelentemente construidas sin ningún tipo de cemento o argamasa. Se ubica en una pequeña meseta donde descansan las aves, con una enorme montaña detrás, al este de la laguna Huacarpay.
Kunturqaqa
Este edificación es una roca labrada de tal manera que asemeja la forma de la cabeza de un cóndor andino, un animal considerado sagrado en muchas culturas de los andes. Se encuentra al oeste de Piquillacta. Su nombre proviene de una palabra quechua que quiere decir ‘Roca de los cóndores’.
Plataformas Amarupata
Este conjunto de plataformas de piedra y barro superpuestos poseen canales de agua que continúan fluyendo agua hasta hoy. Su nombre ‘Amarupata’ es un término quechua que quiere decir ‘Lugar de las serpientes’. Se ubican siguiendo la ruta hacia el poblado de Lucre. Estas plataformas se encuentran en buen estado de conservación.
El Rumicolca
La portada de Rumiqolqa (depósito de piedras) es una de las edificaciones más importantes de Piquillacta. Fue uno de los ingresos principales del sitio Wari. Está conformado por paredes escalonadas finamente pulidas y de forma rectangular. En lo más alto destacan canales de agua. En tiempo de los incas, este tramo formó parte de la red de caminos incas, conocidos como los ‘qhapac ñan’. Por su aspecto se ha denominado a este lugar “la muralla china de Perú”.
Nuestra última visita del día fue de nuevo Huaro, donde ya pasamos en la Ruta del Sol, con el bus turístico.
Esta vez paramos en el Mirador del Cielo Punku. Este atractivo turístico, inaugurado en 2021, fue una iniciativa del alcalde de Huaro para promover la actividad turística en este distrito, a través de una escultura contemporánea que ofrece una experiencia única y vistas panorámicas espectaculares.
También conocido como la Mano Gigante o la Puerta al Cielo, el Mirador Cielo Punku brinda una aventura inigualable que no podemos perdernos en nuestra visita al Cusco. La belleza natural del lugar combinada con la sensación mágica de estar tan cerca del cielo os dejará maravillados! Junto a la mano, también hay un Cristo como el de Río de Janeiro.
Tras las fotografías de rigor, paramos otra vez en la Iglesia de San Juan Bautista. Sólo una pareja del grupo entró a visitar mientras el resto, ya cansados, esperábamos en la furgoneta. Cuando ya pensábamos que volvíamos por fin a Cuzco, hicimos otra parada en la iglesia de Andahuaylillas, la “capilla sixtina de Perú”, la que no pudimos visitar en la ruta del Sol (peligro de derrumbe por los recientes temblores). Pudimos ver el exterior y visitamos un extraño museo que estaba al lado, donde se exhibía una momia, que según decían, ¡¡¡podría tener origen extraterrestre!!!.
Después de esperar de nuevo, sin mucho sentido, en este lugar, emprendimos de nuevo el regreso a Cuzco, donde llegamos sobre las 15:30h!!. Yo personalmente me arrepentí de haber realizado este tour. Excepto la primera visita a Tipon, el resto me pareció prescindible, y hubiésemos hecho mejor de habernos quedado en Cuzco paseando sin rumbo.
Comimos en una de las plazas más famosas del Cusco, la Plaza del Regocijo, en el restaurante El Cuadro. Según las crónicas, la plaza también se denominó ‘Cusipata’, que quiere decir ‘lugar de la alegría’. Allí se organizaban festividades, presentaciones teatrales y hasta corridas de toros (¡de ahí viene su nombre de Regocijo!).
En tiempo de los incas fue un importante centro urbano que formaba parte del Huacaypata (antigua Plaza de Armas). Tras la conquista española, la plaza tomó su forma actual con una fuente central y con palacios alrededor.
Después de comer visitamos uno de los palacios adyacentes, el Museo Histórico Regional, ubicado en la antigua casa donde vivió el famoso cronista cusqueño Inca Garcilaso de la Vega. El museo exhibe objetos incas y pre-incas como instrumentos musicales, cerámicas, instrumentos agrícolas, lienzos y otros objetos de la época colonial. Los objetos exhibidos muestran un recorrido histórico por las diversas civilizaciones que gobernaron el Cusco y otras regiones del Perú. También se expone una momia Nazca y una maqueta de la plaza de Armas. Las salas están muy bien montadas y con una iluminación que las hace misteriosas.
Frente a la plaza se construyó sobre una casona colonial, el palacio municipal del Cusco, edificio que sirvió como cárcel y despacho del alcalde. Actualmente es un centro de convenciones y la sede del Museo de Arte Contemporáneo (incluido en el boleto turístico, no lo visitamos). La colección tampoco resulta de especial interés, exhibe pinturas y esculturas de arte moderno así como lienzos y artesanías contemporáneas.
Entre la Plaza del Regocijo y la Plaza de Armas, encontramos Templo y Convento de la Merced.
Este templo de la orden mercedaria es uno de los más bellos del Cusco. Su primera construcción se inició en 1548 y finalizó en 1580. Sin embargo, el terremoto de 1650 destruyó gran parte de sus muros. Su reconstrucción finalizó en 1671. Esta edificación tiene una belleza única. Sus paredes rústicas contrastan muy bien con sus bellas columnas y su campanario barroco.
Dentro del templo destacan sus hermosos tallados en madera y su sillería de coro plateresco. Por la iglesia se pasa al convento de los mercedarios, que tiene dos claustros. El magnífico claustro renacentista alberga pinturas de la escuela cuzqueña. Destaca la sala capitular, donde se reunían todos los mercedarios de América, y la sala dedicada al Museo Religioso, donde se encuentra el tesoro más emblemático, una custodia de 22 kg oro macizo, 1518 diamantes y 615 perlas y 3 esmeraldas.
En la cripta que hay bajo el altar descansan en paz aquellos que fueron enemigos entre sí y del emperador. Por una parte, Gonzalo Pizarro, hermano menor del conquistador, y su lugarteniente, Francisco de Carvajal, decapitados tras ser vencidos en la batalla de Xaquixahuana (1548), en castigo por haberse rebelado contra Carlos V. Sus cabezas estuvieron expuestas en Lima. Por otra parte, Diego de Almagro, ajusticiado por Francisco Pizarro en 1538, y su hijo, Almagro el Mozo, ajusticiado por haberse levantando en contra de Carlos V en 1542.
Sólo pudimos acceder a la iglesia, aunque estaban haciendo misa. El museo ya estaba cerrado cuando llegamos y no lo pudimos visitar.
Pasamos un momento por el hotel para acompañar a mi madre y que se pudiese quedar descansando, y nosotros volvimos a salir para acabar de realizar algunas compras y ver algunas plazas por las que aún no habíamos pasado. ¡¡Cuzco tiene muchos rincones!!
Llegamos hasta la iglesia de San Francisco, junto a la Universidad y entramos en algunos mercados artesanales donde aprovechamos para realizar las últimas compras. Entre compras y paseos nos despedíamos así de este increíble país.