Considerada la principal ciudad histórica del país, Hué fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993. Ese día exploramos Hué en grupo con un guía que habíamos reservado en el mismo hotel (1.045.000 VND/persona). La visita incluía la Ciudadela Imperial, la Pagoda Thien Mu, las tumbas de los emperadores (Minh Mang, Khai Dinh y Tu Duc), un crucero por el Río del Perfume, comida y un paseo por el mercado Dong Ba.
Comenzamos el día visitando la Ciudadela, un recinto amurallado de 10 kilómetros de perímetro, defendido por un foso de 30 metros de ancho. La ciudadela cuenta con 10 entradas, pero la principal, por la que solo podía acceder el Emperador, es la Puerta Ngo Mon. Al cruzarla, se atraviesa el puente Trung Dao sobre un estanque lleno de flores de loto, y ante nosotros se alzan la Torre de la Bandera, el estandarte más alto de todo Vietnam, y el Pabellón de los 5 Fénix.
Como si fuera una ciudad dentro de otra, la Ciudadela se divide en tres partes: la Ciudad Capital (la primera muralla con la Torre de la Bandera), la Ciudad Imperial y la Ciudad Prohibida, también conocida como Ciudad Púrpura.
La Ciudad Imperial fue construida para albergar las oficinas de los altos mandatarios y los santuarios dedicados al culto de los emperadores. El acceso a la Ciudad Imperial es posible a través de cuatro puertas, de las cuales la Puerta del Mediodía estaba reservada para el uso exclusivo del rey. El complejo real consta de más de cien hermosas construcciones, entre las que destacan los pabellones Trieu Mieu, Thai Mieu, Hung Mieu, The Mieu y Phung Thien, así como las oficinas y almacenes, y el jardín de Ha Co y el sector de Van Kham, que era la zona de estudio y recreo para los príncipes.
En el jardín de Ha Co se encuentran nueve calderas de bronce conocidas como "vac dong", dedicadas a cada uno de los soberanos Nguyen. Uno de los recintos más destacados es el Palacio Thai Hoa, o Palacio de la Armonía, con sus ochenta columnas de madera lacada en rojo. Este palacio alberga la sala del trono y se utilizaba para grandes eventos y coronaciones.
En la parte central de la Ciudadela, se encuentra la Ciudad Prohibida, construida a imagen de la Ciudad Prohibida de Pekín. Tan solo el Emperador, su esposa y las concubinas tenían acceso a esta parte del recinto, cualquiera que intentara pasar sin permiso sería castigado con la muerte. Es la parte más perjudicada por los bombardeos de la guerra, pero aún se puede visitar la Sala de Lectura, el Teatro Real o la Sala de los Mandarines.
A pocos pasos de la Ciudad Imperial visitamos el Museo Chan de Antigüedades, ubicado en un precioso edificio de madera, con 128 pilares tallados con las imágenes de cuatro espíritus: Long, Li, Quy, Phuong y más de 1.000 poemas en caracteres chinos. Este edificio era el Palacio Long An construido en 1845 bajo el reinado del rey Hien, el fundador de la dinastía Nguyen, El museo exhibe cientos de antigüedades como oro, porcelana, cerámica, esmalte y ropa real, e incluso contiene el tesoro nacional reconocido por el gobierno vietnamita: el trono de la dinastía del emperador Nguyen. Para la visita hay que descalzarse.
Nuestro siguiente destino fue el mercado Dong Ba. En su parte exterior, podemos encontrar decenas de puestos de fruta, verdura, carne y pescado, mientras que en el interior acoge un sinfín de estrechos pasillos con una amplia diversidad de artículos que van desde zapatos y textil, a dulces, conservas, o las típicas pastas de pescado y gambas de Hué. También se sirve comida locales.
Después de recorrer los pasillos del mercado y mezclarnos con los locales, nos trasladamos en minivan hasta el río para embarcarnos en un crucero por el río del Perfume, en uno de esos barcos tan chulos con forma de dragón. Navegamos durante una hora más o menos, hacia el sur de Hué, y desembarcamos en la Pagoda de Thien Mu.
Construida en 1601 entre el río Perfume y un bosque de pinos, la Pagoda Thien Mu (Pagoda de la Señora Celestial) es uno de los edificios religiosos más antiguos del país, y entre sus particularidades destaca la Torre Phước Duyên, construida en 1844 y que nos da la bienvenida a esta famosa pagoda.
Tras pasar la torre nos encontramos con la entrada a los jardines, custodiada por 12 figuras llamadas los guardianes del templo, unas grandes, coloridas y bastante llamativas figuras en forma de guerreros.
Una vez cruzada la entrada vemos el templo rodeado de un gran jardín con flores y plantas. No es difícil encontrar monjes haciendo sus tareas mientras los visitantes hacen fotos. El interior de la pagoda puede ser visitado sin problemas incluso cuando los monjes estén rezando.
En la parte más al norte hay una estupa que se erigió en honor de Hòa Thượng Thích Don Hau, el principal monje de la pagoda durante su fase reconstrucción en el siglo XX.
Otra de las curiosidades de Thien Mu Pagoda es que aquí descansa el coche que llevó al monje Thich Quang Duc cuando se quemó a lo bonzo en señal de protesta, en 1963, en una de las calles de Saigón. La foto que hizo Malcolm Browne de aquel monje fue premio Pulitzer en su día.
En esa época, los budistas, mayoría religiosa en Vietnam, recibían un trato peor que los católicos, quienes eran minoría; eran sometidos a peores trabajos, no recibían ayudas como los católicos, e incluso se les prohibió izar la bandera budista en el Vesak, la celebración más importante del budismo en que la que se honra a Siddhartha Gautamá.
Fue así como el 10 de junio de 1963, un representante de los budistas envió un mensaje a los corresponsales y reporteros que estaban en Vietnam, alertando sobre “algo importante” que ocurriría al día siguiente frente a la embajada de Camboya en la ciudad de Saigón. Sólo unos pocos periodistas tomaron en cuenta el aviso., entre ellos el fotógrafo Malcolm Browne.
Aquel día, Thich Quang Duc fue uno de los 350 monjes que conformaron la procesión que llegó al lugar señalado. Estaban divididos en dos grupos, los que iban precedidos por un automóvil Austin Westminster, llevaban consignas tanto en vietnamita como en inglés, reclamando contra el gobierno la tan ansiada igualdad religiosa.
Después de bajar del vehículo junto a otros dos monjes, Thich Quang Duc esperó a que uno de ellos sacara una almohada mientras que otro recogía un bidón de gasolina desde el maletero. Fue en ese momento en que se sentó sobre el cojín en posición del loto para ser rociado con el combustible, frente al impacto de quienes se encontraban presentes.
En ese preciso instante recitó las palabras “Nam Mô A Di Đà Phật” (“homenaje a Buda Amitābha”), prendió un fósforo y se lo arrojó él mismo al cuerpo. Fue así como el fuego comenzó a consumir sus prendas y su carne.
Pero junto con lo cruda que resultó ser la escena, un detalle que llamó profundamente la atención fue que el monje no demostró señas de dolor ni tampoco movió un sólo músculo. Después de unos 10 minutos, el cuerpo cayó de espaldas. El resto de los budistas finalmente lo cubrieron con una manta.
No tardó mucho para que la imagen llegara a Estados Unidos, gracias a un pasajero encubierto que sacó del país de manera secreta el rollo fotográfico. Un día después la terrible muerte de Thich Quang Duc fue portada de los principales medios del mundo.
Tras este suceso, fue trasladado a esta pagoda, junto con el coche que conducía. El 19 de junio sus restos fueron trasladados a un cementerio cerca de Saigón, donde fue cremado. Sin embargo, y a pesar de la cremación, su corazón fue considerado como sagrado y guardado en un cáliz de vidrio.
Después de visitar esta importante pagoda, nos llevaron a comer. Fue una comida degustación, con un montón de platos tradicionales para compartir. Al acabar la comida nos hicieron pasar a un salón y nos metieron los pies en remojo en unas palanganas, con agua aromatizada con hierbas y especias. ¡Fue uno de los momentazos del viaje!
Después de la comida nos quedaba visitar las Tumbas de los Emperadores.
A ambos lados del río Perfume se encuentran las siete tumbas imperiales de Hué, monumentos a los gobernantes de la dinastía Nguyen, incluyendo Minh Mang, Khai Dinh y Tu Duc (visita de estas tres). Fueron planificadas por el propio emperador, por lo que cada una de ellas refleja la personalidad del gobernante fallecido. En las tumbas imperiales se pueden ver patios llenos de elefantes de piedra, caballos y soldados, así como pabellones y templos para adorar el alma del emperador.
la primera tumba que visitamos fue la Tumba de Minh Hang, reflejo de los conceptos arquitectónicos chinos, destaca por sus monumentos, estatuas, jardines y sobre todo el puente sobre un lago de flores de loto que da acceso a la tumba.
Esta tumba fue construida por el sucesor e hijo del Emperador, Thieu Tri durante los años 1840 a 1843, ya que aunque Minh Mang diseño el complejo de la tumba imperial, murió a principios del año 1841. En los trabajos de construcción de la tumba contribuyeron 10.000 personas, entre trabajadores y artistas.
La tumba Minh Mang tiene una extensión de 18 hectáreas, rodeadas por una muralla que encierran en su interior 40 monumentos que incluyen palacios, templos y pabellones.
La estructura de la tumba es un eje central simétrico a modo de camino, donde van alineándose los distintos monumentos. Este eje se conoce con el nombre de sendero Than Dao, que discurre a través de un lago de flores de loto.
El acceso principal a la tumba es la puerta Dai Hong Mon, desde ahí hay que caminar medio kilómetro hasta alcanzar el patio central. Una vez en el patio central hay que subir una escalinata de granito que conduce al pabellón de las estelas. Desde allí se atraviesa un puente que cruza un lago de flores de loto, el lago de la luna nueva, hasta alcanzar el templo donde está el sarcófago del Emperador Minh Mang.
La puerta Dai Hong Mon se compone a su vez de 3 puertas: una puerta central y 2 puertas laterales. La puerta central sólo se abrió una vez, para dejar pasar los restos mortales del Emperador. Desde entonces, se cerró a cal y canto, motivo por el cual, para acceder a la tumba imperial Minh Mang, tenemos que utilizar las puertas laterales.
El patio central, también llamado patio de ceremonias, está decorado por filas de estatuas de piedra, que representan a los mandarines, soldados y elefantes.
En el último templo del complejo reside el sarcófago de Minh Mang. El acceso al templo son 33 escalones de piedra, donde la barandilla, esculpida en granito, emula la sinuosa forma de un dragón.
La segunda tumba que visitamos es la de Khai Dinh, declarada la tumba imperial más majestuosa de todo Vietnam. Construida a modo de monumento y mausoleo, este impresionante punto turístico fúnebre tardó en construirse 11 años, desde el 1920 año al año 1931, y es la última tumba Imperial de Hue.
La estructura de la tumba Imperial Khai Dinh es un rectángulo de 117 metros de largo por 48.5 metros de ancho, apoyada sobre la montaña Chau Chu. La tumba Khai Dinh está construida mayoritariamente en hormigón armado y es la tumba imperial de Hue que más influencias occidentales posee.
La tumba imperial tiene 2 partes muy diferenciadas: el palacio Thien Dinh, donde podemos ver el sarcófago del emperador Khai Dinh, y la parte exterior de la tumba Imperial, donde destacan las estatuas del patio de ceremonias, la casa de los mandarines y el pabellón de las estelas, en forma hexagonal.
Nada más cruzar la puerta de entrada nos encontramos con 37 escalones cuyas barandillas han sido talladas con la forma de dragones, estos dragones son los más grandes de todo Vietnam.
Una vez subidos los escalones, nos encontramos con un pequeño patio con las casas de los mandarines a ambos lados. Para acceder a la siguiente parte de la tumba, hay que que subir otros 29 escalones más. Este es uno de los puntos más hermosos de la visita, el patio de ceremonias, con las estatuas de piedra de los guardaespaldas del Emperador. En ese mismo lugar de la tumba, en el patio de ceremonias, tenemos el pabellón de la estela, con una estela grabada en piedra sobre la vida y reinado del emperador
La última parte del complejo Khai Dinh, es el palacio Thien Dinh, donde podemos ver el sarcófago del emperador. Está formado por varias estancias comunicadas entre sí, donde la sala principal contiene una estatua del emperador Khai Dinh sentado sobre su trono y a sus pies, su sarcófago. La decoración está realizada con vidrieras de colores y con mosaicos construidos a base de cerámica rota en pedazos. En la sala contigua, tenemos una estatua del Emperador Khai Dinh, a escala real, realizada en bronce.
Regresamos a nuestro hotel y nos despedimos del grupo. Tras un paso por el spa, salimos a pasear, que la noche en Hué es de lo más animada.. Las calles de Pub Street están repletas de bares y restaurantes, tiendas y buen ambiente.
Después de estas impresionantes visitas, y ya camino del hotel, paramos en unos puestos donde fabricaban sombreros cónicos y otros objetos de artesanía.
Tras despedirnos de nuestro grupo, aprovechamos para regalarnos otra sesión de spa en el hotel antes de salir a cenar. ¡La noche en Hué es de lo más animada!. Las calles de Pub Street están repletas de bares y restaurantes, tiendas y buen ambiente.