Después de desayunar cogimos un taxi al aeropuerto para tomar un vuelo rumbo a Ho Chi Mihn (10:30-11:45h). Nuestro tercer país y nuestro cuarto vuelo.
Llegamos a Ho Chi Minh y vinieron a recogernos para trasladarnos a nuestro hotel (18$), el Tan Hoang Long Hotel, básico y muy estrecho, como muchos de los edificios de Vietnam. Una vez instalados, salimos a explorar la ciudad.
Conocida antiguamente como Saigón, es una de las ciudades más importantes y grandes del país. Se encuentra en el sur de Vietnam y es la ciudad más poblada. Fue la capital de la Indochina Francesa (de 1887 a 1902 y de 1945 al 1954), para más tarde convertirse en la capital de Vietnam del Sur hasta su caída. En 1975 pasó a llamarse Ciudad de Ho Chi Minh.
Nuestro hotel se encontraba en el distrito 1, en el casco antiguo, entre la calle comercial Dong Khoi y la calle peatonal Nguyen Hue.
La primera impresión fue de ciudad caótica y desordenada, sin un centro urbano definido, con grandes avenidas y sin demasiadas cosas de interés, las que hay están muy dispersas entre sí.
Nos costó encontrar algo para comer apetecible. Los precios eran muy altos y nos asustamos un poco. Luego resultó que esto sólo era así en Ho Chi Minh, pero no en el resto del país. Comimos en un recinto con varios puestos de comidas y mesas compartidas, salían bichos por todas partes así que medio comimos y nos marchamos de allí.
Después de “comer” cogimos un Grab hasta la Pagoda del Emperador de Jade. Nada más atravesar la única puerta de acceso al templo Phuoc Hai Tu llegamos al patio, dividido en 3 partes.
En la primera mitad del patio del Emperador de Jade tenemos una torreta pequeña con una estatua de Ho Phap (Dharmapala), un filósofo budista. Tras esta primera parte del patio hay un pequeño estanque con tortugas y bancos para sentarse.
La última parte del patio, justo delante del acceso al interior de la pagoda del Emperador de Jade, tenemos a mano izquierda el denominado incinerador, una estructura con forma de chimenea donde los fieles queman ofrendas de papel. Según las creencias religiosas, ese humo alcanzará a los antepasados y difuntos que se encuentran en el cielo.
En ese mismo lugar del patio exterior, pero esta vez situado al margen derecho de la entrada al templo de Jade, tenemos el refugio de tortugas. Las tortugas en la cultura asiática representan la longevidad y también son consideradas en Vietnam como el símbolo de la fortuna y la buena suerte. En este pequeño refugio a las puertas de la pagoda tenemos cientos de estos animales.
Sin lugar a dudas lo mejor de la Pagoda del Emperador de Jade está en el edificio principal. Destacan los tejados en forma de yin-yang, son muy llamativos, además de ser auténticas obras de arte. Han sido construidos en varias alturas y finalizados con estructuras de madera roja que se enlazan con tejas cerámicas de color verde. Los tejados tienen los característicos picos puntiagudos y están salpicados de multitud de esculturas de dragones, símbolo de lo divino.
Tras atravesar la impresionante puerta de madera tallada con figuras humanas y divinas podemos ver, flanqueando a ambos lados de la pagoda del Emperador de Jade, 2 estatuas: el guardián de la puerta (Mon Quan Than a la derecha) y el guardián de la zona (Tho Dia Than a la izquierda).
Dejando atrás a los 2 guardianes, tenemos un pequeño pasillo donde podemos comprar ofrendas y también varas de incienso para así presentar nuestros respetos al Emperador de Jade.
Cruzando el pequeño pasillo llegamos al llamado altar Phat Mau Chuan De o madre de los 5 budas, antesala del habitáculo más famoso de la Pagoda del Emperador de Jade, la sala de los diez infiernos.
En La Sala de los 10 infiernos es donde reside el Emperador de Jade, el dios de los cielos, estatua fácilmente reconocible por su gran bigote típico de la cultura cantonesa. Según la leyenda, el Emperador de Jade decide quien va al cielo y quien al infierno.
Esta sala está llena del humo de las varas de incienso que colocan los fieles que acuden a rezar a la Pagoda, además de multitud de velas, ofrendas frutales y el llamado dinero de la suerte. En los laterales de esta sala tenemos los paneles tallados con la representación de las 1000 tormentas, tormentas que han de soportar la gente malvada que reside en cada uno de los 10 infiernos.
El Emperador de Jade está escoltado por las 2 esculturas de los Guardianes Demonio Gigantes, esculturas de madera y papel maché de 4 metros de altura. Estos guardianes demonio se conocen con el nombre de los grandes diamantes (Tu Dai Kim Cuong) en referencia a su dureza.
A la derecha de la sala de los 10 infiernos está el Guardián Demonio que representa al general que venció al dragón verde, dragón que está bajo sus pies. En la parte izquierda el segundo Guardián Demonio, general que derrotó al tigre blanco, también bajo sus pies.
Escondida tras una puerta del margen izquierdo de la sala de los 10 infiernos, tenemos una pequeña cámara con la estatua de Thanh Hoang, el rey de los infiernos montado sobre su caballo rojo. En esa misma sala tenemos el llamado salón de las mujeres, sala con 2 filas de estatuas de 6 mujeres, representando los 12 meses del año. A estas estatuas de coloridas vestimentas normalmente acuden las mujeres vietnamitas para pedir fertilidad y concebir hijos.
La visita fue toda una aventura. Habían centenares de personas haciendo ofrendas, humo de incienso que no dejaba respirar y empujones para pasar por todas partes…y esto ¡¡con la pandemia recién iniciada en China!!
Después de esta caótica, pedimos un Grab y nos fuimos hasta el Templo hindú de Mariamman. Este templo está dedicado a la diosa de la lluvia ‘Mariamman’. Fue construido en el siglo XIX por los comerciantes procedentes de la India y es el único templo hindú de Saigón. Se cree que tiene poderes milagrosos y que da suerte y riqueza a sus visitantes. ¡¡Habrá que probar!!
La pared exterior del templo tiene una colección de estatuas interesantes de diferentes dioses y diosas. La sala principal del complejo (el Rajagopuram) de doce metros de altura alberga en su interior una estatua en buen estado de Mariamman flanqueada por sus protectores ‘Maduraiveeran’ y ‘Pechiamman’.
Regresamos al centro en Grab e iniciamos nuestro paseo por Dong Khoi, donde se encuentran los principales edificios de interés de Ho Chi Minh.
Visitamos la Catedral de Notre Dame, una de las catedrales más importantes del Sudeste Asiático. Construida durante la época del dominio francés, destaca por su belleza y finos acabados siendo sus partes más características los 2 inmensos y altos campanarios y la espectacular estatua de la Virgen María de la entrada que, según se dice, en 2005 derramó lágrimas.
Si se sigue el paseo hacia el norte por la calle Dong Khoi, se llega hasta la Oficina Central de Correos, otro de los edificios de influencia francesa. Además, es famoso por haber sido construido por el gran arquitecto francés Gustave Eiffel, constructor de la famosa Torre Eiffel de París.
Muy cerca se encuentra el Edificio del Comité del Pueblo. Construido entre 1901 y 1908, el antiguo Hotel de la Ville (Ayuntamiento), es uno de los edificios más representativos de la ciudad. En la puerta se encuentra una estatua de Ho Chi Mihn que conmemora su 125 cumpleaños.
También pasamos por el Teatro de la Ópera. Construido a finales del siglo XIX, el Palacio o Teatro de la Ópera es otro de los ejemplos que podremos encontrar en Ho Chi Minh del pasado colonial francés y de la importancia que tuvo Saigón en su época. Junto a la Ópera se encuentra el Hotel Continental. Graham Greene pasó largas temporadas en el hotel y lo cita en El americano impasible.
Después del paseo regresamos al hotel y salimos a cenar en un restaurante que descubrimos y, aunque un poco caro, nos pareció un lugar ideal para escapar del caos de la calle. Se llama Jaspas y tiene comida internacional y unos excelentes postres.