Tras otro desayuno inolvidable dejamos Kanchanaburi para regresar a Bangkok, eso si, nos deviamos para visitar el mercado flotante de Damnoek Saduak, el más grande y famoso de toda Tailandia.
Visitamos el mercado de dos formas. Primero dimos un paseo en bote, de una hora aproximadamente (1200 THB) para mezclarnos con las embarcaciones locales. Las embarcaciones suelen rozarse unas con las otras por lo que nunca saquéis las manos o brazos de ella. Durante todo el viaje los botes de bebidas y fruta ofrecen a los clientes sus productos para aguantar el calor y, a medida que se acerca el mediodía, platos realizados allí mismo y degustados sin bajar de la balsa de madera.
El recorrido a pie es más relajado. Se puede subir por el entramado de puentes e ir descubriendo áreas más apartadas no accesibles en barca o simplemente contemplar desde lo alto el ir y venir de embarcaciones. ¡¡Todo un espectáculo!!.
Después de visitar y comer en el mercado pusimos rumbo a Bangkok. Fuimos primero al aeropuerto a dejar el coche de alquiler y luego cogimos un taxi hasta nuestro hotel, el Rambuttri Village Plaza.
Salimos a cenar por la calle del hotel, llena de restaurantes y bares, con un ambiente mochilero increíble.