A primera hora de la mañana, dejamos Jailsamer, y seguimos nuestra ruta hacia Jodhpur, conocida como la ciudad azul. Paramos a comer por el camino, en un lugar habilitado para grupos, con tienda de artesanía, jardines y un ambiente muy agradable. Por la tarde llegamos a Jodhpur y nos instalamos en el Hotel Park Plaza antes de empezar las visitas de esta preciosa ciudad.
Jodhpur, es actualmente, la segunda ciudad en tamaño de Rajastán. Es una importante base militar y centro de investigación para la agricultura de zonas áridas. Sin embargo, en muchos aspectos, no ha cambiado demasiado con respecto a la antigua ciudad fortificada que se construyó bajo la protección del fuerte de Mehrangarh. Las murallas del S.XV permanecen en pie, salpicadas de puertas enormes; y el casco antiguo de Jodhpur es un lugar fascinante, con su laberinto de callejuelas, sus havelis y sus elegantes aljibes medievales.
Visitamos el Fuerte de Mehrangarh, uno de los más grandes de la India y una visita imprescindible a realizar en Jodhpur. El fuerte se encuentra a 122 metros encima de la ciudad de Jodhpur y está rodeado por imponentes y gruesas paredes.
La entrada a la fortaleza puede hacer a través de una serie de siete puertas. Las más famosas son las de Jai Pol (“Puerta de la Victoria”), construida por el Maharajá Man Singh en 1806 para celebrar su victoria en la guerra contra Jaipur y Bikaner; Fateh Pol, construida para celebrar la victoria sobre los mogoles en 1707; Dedh Kamgra Pol, en la cual todavía se pueden ver las cicatrices de los cañones, y Loha Pol, la última puerta dentro de la parte principal del complejo del fuerte. Inmediatamente a la izquierda están las huellas de la rani (forma femenina de Rajá) quien en 1843 se inmoló en la pira funeraria de su esposo el Maharajá Man Singh.
Dentro de la fortaleza se encuentran varios palacios brillantemente diseñados y decorados. Destacan el Moti Mahal (Palacio Perla), Phool Mahal (Palacio Flor), Sheesha Mahal (Palacio del Espejo), Sileh Khana y Daulat Khana. Construido por el Raya Sur Singh (1595-1619), el Moti Mahal es el más grande de los salones de época del museo. Este salón tiene cinco huecos que dan a balcones ocultos. Se cree que fueron construidos para sus cinco reinas para escuchar en los procesos judiciales. El Phool Mahal fue creado por Maharajá Abhaya Singh (1724-1749). Se trata del salón más grande del periodo de Mehrangarh, y fue con toda probabilidad una cámara privada y exclusivamente de descanso y placer.
También se puede visitar el Museo del fuerte. Este museo acoge una exquisita colección de palanquines, howdahs (carro que se coloca en la parte posterior de un elefante), cunas reales, miniaturas, instrumentos musicales, trajes y muebles. Las murallas del fuerte acogen no sólo varios cañones en excelente estado de conservación, sino que también ofrecen una vista impresionante de la ciudad.
Después de visitar el fuerte, continuamos con la visita del cenotafio Jaswant Thada, conocido como el Taj Mahal de Marwar otro de los lugares imprescindibles que ver en Jodhpur. Fue erigido en 1899 por Sardar Singh, en homenaje a su padre fallecido Jaswant Singh II, al que hoy en día, todavía se sigue considerando el mejor gobernante que jamás ha tenido la ciudad.
La fachada exterior del Jaswant Thada, no deja indiferente a nadie, y unas escaleras dan acceso al que se corona como el pabellón principal, donde podremos ver de cerca, esculturas y frescos, así como algunos retratos de gobernantes locales.
En la parte exterior, se encuentran tres cenotafios (tumbas vacías construidas en honor a alguien). También se puede ver un monumento a un pavo real del que cuenta la leyenda voló sobre una pira funeraria.
Por su idílica situación, el Jaswant Thada se considera uno de los grandes emblemas de la ciudad azul.
Si se dispone de tiempo libre, otras visitas interesantes en la ciudad y sus alrededores son: el Umaid Bhawan Palace, la residencia privada más grande del mundo, con 347 habitaciones. El actual marajá, reside en la primera planta, mientras que el resto del edificio alberga un hotel, y parte de museo; Mahamandir, un templo con 100 columnas talladas, construido por una orden de yoguis; Mandore (a 8km), donde se encuentran los cenotafios de los antiguos príncipes de Jodhpur; numerosas aldeas Bishnoi, donde se puede observar la fabricación de artesanía; y algo más alejado estaría Osiyan, una ciudad con 16 templos jainíes e hindús.
Después de las visitas realizamos una parada en una cooperativa de artesanos dónde pudimos ver colchas, alfombras y otros tejidos elaborados a mano. Nosotros compramos una colcha preciosa que aún luce en nuestra cama.
Cenamos en el hotel con nuestras amigas y la volvimos a liar en la terraza del hotel, tomando “vinos domésticos” hasta altas horas. Al día siguiente algunos compañeros de nuestro grupo comentaban el escándolo del bar que había tenido lugar esa noche, en la que unos desaprensivos no pararon de reir hasta las tantas. Fue la noche más divertida. Nuestra gran amiga Rosa hizo de las suyas explicando anécdotas que le habían pasado en la habitación, y como si fuera la mejor monologista del mundo, nos hizo reir a todos. A día de hoy aún recordamos sus historias y esa noche mítica. ¡Os queremos chicas!.