Una vez en la capital hindú y esperamos al resto del grupo en la terminal. Una vez reunidos con nuestro guía Ganesh, salimos al exterior y ¡sorpresa!, una nube gris cubría el cielo y el aire era casi irrespirable. "Así es el cielo en Delhi", nos dijo nuestro guía, así que no tocaba otra que tomárselo con calma y tragarse, literalmente, la contaminación.
Llegamos a nuestro hotel, el Holiday Inn Mayur Vihar. Nos instalamos y comimos en el mismo hotel, antes de salir a realizar la visita del templo Akshardham y un templo Sikh.
El templo de Akshardham está considerado el mayor templo hindú del mundo y es uno de los lugares imprescindibles que ver en Delhi. La hermosa estructura de piedra arenisca, su vegetación, su arte y el culto, hacen de este destino uno de los más impresionantes del mundo.
Akshardham es el nombre del complejo, que alberga numerosos edificios y muchas cosas diferentes para ver y hacer dentro de este hermoso tesoro de la arquitectura india (espectáculos en la fuente, teatro, proyecciones, etc.).
El complejo fue inaugurado en 2005, después de décadas de planificación y construcción. La idea original de construir un templo en las orillas del río Yamuna para el culto se inició en 1968. Debido a varias circunstancias imprevistas, el proyecto se retrasó varias veces. Finalmente, después de cumplir con los requisitos ambientales, se pudo hacer realidad el bello Akshardham, construido de acuerdo con las directrices de la arquitectura de antiguas escrituras hindúes.
Está prohibido hacer fotos dentro del recinto del templo. Hay un fotógrafo en la entrada para inmortalizar las vistas con el templo al fondo. La visita comienza en los 10 pórticos, que simbolizan las diez direcciones que describe la cultura hindú, implicando la aceptación de todo lo que llega a nosotros. Esta apertura de mente y corazón fomenta el amor, la fraternidad y la paz en el mundo.
Después nos encontramos con la Bhakti Dwar, una puerta de piedra ornamentada con divinidades, y seguidamente, los dos pórticos de Mayur Dwars, adornados con pavos reales. El pavo real representa la belleza y el autocontrol en la cultura hindú. Es el pájaro nacional de la India y es amado por la gente a lo largo del país. Cada uno de los dos Mayur Dwars tiene 869 pavos reales de piedra tallada que dan la bienvenida a los visitantes.
Entre estos dos dwars están las huellas sagradas de Bhagwan Swaminarayan, talladas en mármol blanco, como recuerdo de su encarnación en la tierra y representan los 16 signos sagrados de dios. Cuatro conchas de mar vierten agua encima de ellas de forma continua.
El edificio principal de este gran complejo se llama Akshardham Mandir. Es el edificio más alto, con 43 metros de altura. A lo largo de sus paredes se pueden contemplar hermosas tallas de flora, fauna, músicos y bailarines. Todo el edificio fue construido con piedra arenisca y mármol.
La mayoría de los edificios del mundo contienen partes de acero o metal que se introdujeron durante las respectivas construcciones para dar fuerza y consistencia a las estructuras. En el templo de Akshardham, no se utilizó absolutamente ningún metal en su construcción y, según los expertos, la estructura es extremadamente fuerte, incluso más que los edificios construidos con una estructura de acero.
Akshardham Mandir también contiene una gran cantidad de pilares bellamente tallados, así como decenas de miles de murtis. Un murti es una pintura, dibujo, escultura o talla que representa a un espíritu divino. Se cree que los murtis son un medio de comunicación con el Brahmán en el hinduismo.
El muro exterior ornamentado (Mandovar) del monumento mide 190 metros de largo y 7,50 metros de ancho. Consta de 4.287 piedras e incluye 48 murtis de Ganeshji y 200 imágenes esculpidas que representan grandes figuras hindúes. Además, el monumento reposa sobre el espléndido Gajendra Peeth, de 326 metros de largo y 148 elefantes esculpidos.
El interior del mandir tiene nueve cúpulas, reposando en pilares maravillosamente tallados. Cada conjunto de cúpula y columnas de apoyo forma un mandapam. Cada mandapam presenta las formas únicas de Bhagwan Swaminarayan, diferentes avatares y otras deidades hindúes.
La mejor hora para visitar este templo es al atardecer y aprovechar para disfrutar del espectáculo de luz y sonido que tiene lugar en la fuente a las 19:15.
Después de esta visita, nos llevaron al Templo Sikh conocido como Banglow Sahib Gurudwara. Este templo fue originariamente un palacio, conocido como Jaisinghpura, edificio propiedad del rash Jai Singh, gobernante de la India del siglo XVII. El octavo gurú sij, Gurú Har Krishan, residió en él durante su estancia en Delhi en el año 1664.
En esa época, una epidemia de cólera asoló la ciudad. El gurú ayudó a los afectados ofreciendo ayuda y agua fresca procedente del pozo de la casa. El agua de este pozo es ahora considerada como curativa. Sijs de todo el mundo acuden al templo para recoger el agua milagrosa y llevarla hasta sus hogares. El Gurdwara se ha convertido en un centro de peregrinación no solo para los sijs sino también para los hindúes.
El complejo incluye un templo, cocina, un estanque, una escuela y una galería de arte. El templo está construido en mármol, incluido el suelo. La zona que rodea el estanque tiene un pavimento realizado en colores vivos y con dibujos geométricos. El estanque está rodeado por una serie de columnas que forman una especie de claustro.
Para poder entrar al templo, hombres y mujeres deben cubrirse la cabeza con un pañuelo (puedes llevar el tuyo propio). Una vez cubiertos, se puede acceder al interior y observar con fascinación las ceremonias que allí tienen lugar.
Las vistas al atardecer del estaque con el templo al fondo son impresionantes.
Finalmente, nos llevaron de nuevo al hotel, donde teníamos la cena incluida y, agotados por el jetlag, caímos rendidos hasta el día siguiente.