Empezamos en día tomando el desayuno en nuestro hotel. Habíamos quedado a las 8h y mientras desayunábamos, ya podíamos ver que se estaban preparando los barcos para salir a hacer snorkel.
A la hora en punto embarcamos en un pequeño bote para nosotros solos. Escogimos el tour de snorkel privado porque así podíamos salir antes de la hora habitual de los tours, y para disponer también de un guía para nosotros solos. Como no somos muy expertos y habíamos leído que por esta zona hay muchas corrientes, preferimos llevar nuestro propio guía y fue todo un acierto. Nos costó 850.000 IDR para dos personas, 4 horas, con el guía, el equipo y agua (en bote compartido costaba 150.000 IDR por persona).
Después de dar un rodeo a Gili Air, esquivando una zona de fuerte oleaje, nos dirigimos al primer punto de snorkel, en los alrededores de Gili Trawangan, donde ya pudimos ver tortugas!!. Estábamos completamente solos, con nuestro guía, que nos iba indicando hacia donde ir y dónde estaban las tortugas. Hicimos dos paradas en Gili Trawangan, y en las dos pudimos ver un montón de tortugas. Algunas salían a la superficie justo delante de nosotros, otras nadaban a nuestro alrededor. Fue realmente increíble!.
Después pusimos rumbo a Gili Meno para ver las estatuas submarinas, obra del escultor británico Jason de Caires Taylor. Están creadas a partir de materiales totalmente compatibles con la vida marina. De hecho, su objetivo es regenerar la vida marina y sanar los trozos de coral dañado, integrándolo en sus esculturas.
En este punto la corriente era muy fuerte, y nuestro guía nos llevaba casi a rastras hasta la zona donde estaban las esculturas. Había mucha gente pero pudimos verlas muy bien y pasar un rato nadando sobre ellas.
Después de ver las famosas esculturas, hicimos una parada en Gili Meno para descansar, tomar algo y bañarnos en la playa. Esta parada ya debe estar pactada con todos los barcos porque hablando con otros viajeros en Gili Air, nos dijeron que a ellos también les pararon a tomar algo en Gili Meno. Para aquí para que consumas algo y en parte se entiende. Debido a la pandemia todavía no se ha reactivado el turismo y los chiringuitos de playa esperan ansiosos a que los grupos atraquen en la isla.
La siguiente parada fue en la costa este de Gili Trawangan, donde desembarcamos casi en la orilla y pudimos ver una tortuga cuando estábamos con el agua apenas por la cintura! Pasamos un rato en este punto y volvimos a embarcar hacia el arrecife de coral. Aquí nuestro guía no bajó con nosotros. Nos dijo que debíamos dejarnos llevar por la corriente y que nos recogían más adelante. Así que saltamos otra vez al agua y a disfrutar!!. Montones de peces de colores con un fondo de corales alucinante. No hacía falta ni nadar ya que la corriente nos llevaba a lo largo del arrecife sin esfuerzo.
Después de un rato de hacer snorkel en esta zona, el barco nos recogió para devolvernos a Gili Air, justo delante de nuestro hotel. Llegamos sobre las 12h y nos fuimos directos a la piscina. El jardín del hotel era realmente alucinante y decimos pasar un rato en la piscina, recordando nuestro baño con tortugas, antes de comer en el mismo hotel.
Salimos a tomar algo y después cenamos en la costa este, en el Zipp Sunset con música en directo y barbacoa de pescado. Para estar atrapados en Gili Air, no se estaba nada mal!!!