Después de desayunar y a la hora prevista, nos trasladamos al aeropuerto para iniciar el regreso a casa. Tomamos un vuelo a las 11:20 con escala en Viena (1h 40 min de duración), y un segundo vuelo hasta Barcelona (2 h 15 min), con un tiempo de tránsito de 3 h 50 min. Llegamos a las 20:05 h a Girona.
Para poder embarcar en cualquier vuelo en Tel Aviv, te hacen varias preguntas que tienen grabadas en todos los idiomas en un ordenador: ¿llevas algún material no permitido en la maleta?, ¿has hecho tú solo el equipaje?, ¿has perdido de vista el equipaje en algún momento? Parece una tontería, pero ¡ni se os ocurra sonreír en este “interrogatorio” previo!
Tras superar las primeras preguntas, vino el segundo incidente. Sin pensarlo, llevábamos los identificadores de maletas de la compañía Emirates. ¿Os imagináis? Nos sacaron de la cola del control y nos preguntaron si conocíamos a alguien en los Emiratos Árabes, si habíamos estado, cuántas horas habíamos pasado allí, si habíamos hablado con alguien, etc. Tras aclarar que solo habíamos hecho escala en Dubái en otros viajes, nos dejaron proseguir. Eso sí, antes de subir al primer avión, nos pasaron además por una pantalla de rayos X… ¡interrogados y con revisión médica gratis!
Habíamos acabado una nueva aventura y disfrutamos mucho de este interesantísimo viaje tan cargado de historia. ¡Hasta la próxima, mosqueteros!