A primera hora de la mañana, dejamos Sukhothai y seguimos nuestra ruta hacia el norte. Nuestra primera parada fue el Parque Histórico de Si Satchanalai-Chaliang. Sus ruinas no son tan importantes como las que ya habíamos visitado, y pudimos aprovechar para pasar más tiempo en Phrae, un típico pueblo de casas de madera de teca.
En nuestra parada, nos acercamos a Chaliang, cuyo templo más importante es el Wat Phra Si Ratana Mahathat. Construido en el siglo XII, está presidido por un prang de 60 metros, bajo el que se encuentra un majestuoso Buda sentado de estilo Sukhothai, otro de pie, más pequeño, y un bajorrelieve del famoso Buda andante, curvilíneo y sin estructura ósea, característico de Sukhothai. Se puede subir al prang, desde donde hay unas bonitas vistas del resto del templo.
A 500 metros se encuentra el Wat Chao Chan. Su principal atractivo es una gran torre de estilo jemer (que ha sido restaurada). En el wí-hahn sin cubierta que queda a la derecha, pueden apreciarse los contornos de un gran Buda de pie, de laterita, desgastado debido a su exposición a los elementos.
A unos 2 km, se encuentra la entrada a la zona de Si Satchanalai, donde se concentran la mayor parte de las ruinas. Destacan:
Wat Chang Lom
Hermoso templo de estupa de laterita, cuya construcción data de 1286. El nombre de este templo significa "rodeado de elefantes", porque alrededor de la base cuadrada había 39 elefantes de pie, muchos de los cuales se han perdido. Los elefantes están representados en su tamaño natural. El santuario principal, una estupa al estilo de Sri Lanka, se compone de un grueso muro de piedras y laterita. En el primer piso hay 20 ranuras, de hasta 1,4 metros de alto, donde se encontraban las estatuas de Buda, algunas de las cuales aún se conservan.
Wat Chedi Jet Thaew
"Templo con siete tipos de monumentos", lugar de entierro de muchos miembros de la familia real de Sukhothai. Consta de 32 estupas de tamaños y estilos diversos. En algunos nichos se han incorporado estatuas de Buda, mientras que en otros, se hallan decoraciones de estuco.
Wat Nang Phaya
Un poco más al sur, nos acercamos al Wat Nang Phaya. Protegido por un tejado metálico, conservaba una pared del templo con su decoración original de estuco, algo poco común. Consiste en un fragmento de muro de unos pocos metros decorado con motivos florales y geométricos.
Dos templos más se encuentran encaramados en una colina, y se accede a ellos tras superar una extenuante escalera: el Wat Khao Phanom Phloeng (con un par de chedis y un Buda sentado) y el Wat Khao Suwan Khiri (con un chedi de estilo cingalés). Poco se conserva de estos templos, así que decidimos prescindir de la visita y continuar nuestro camino.
Seguimos nuestra ruta hacia el norte y llegamos a Phrae (visita y comida), centro de la industria de teca de Tailandia. Cuenta con muchas antiguas mansiones construidas con esta noble madera, así como una de las mayores reservas de bosques de teca del país.
Antes de visitar Phrae, ascendimos por la carretera que lleva al parque natural, para ver las formaciones rocosas de Phae Mueang Phi ("tierra de espectros"). Estas increíbles esculturas naturales toman la forma de setas, pilares y acantilados, formadas por el hundimiento y la erosión del suelo. La gente local cree que el lugar está encantado (en tailandés, Mueang Phi significa "ciudad fantasma"), y es que la leyenda cuenta que un campesino encontró oro en la zona, pero no pudo salir del lugar por el espíritu protector de la zona. Incluso hoy en día, Phae Mueang Phi es un lugar tranquilo. Tal vez las antiguas leyendas y el espíritu protector siguen actuando como elemento disuasorio, ya que hay muy pocas personas que viven cerca de este parque.
Ya de regreso al centro histórico de Phrae, nos encontramos, al igual que en Chiang Mai, con una ciudad antigua fortificada y una ciudad nueva que ha ido creciendo alrededor. Si bien la nueva ciudad es encantadora, la antigua contiene callejones tranquilos bordeados de casas de madera de teca, que son destacados ejemplos de arquitectura tradicional tailandesa, y una serie de hermosos templos. Muchas de estas inmensas mansiones de teca fueron construidas por los comerciantes europeos que participaban en el comercio de dicha madera en el siglo XIX.
Algunas de estas mansiones de teca son visitables, como la Vongburi House (Baan Wong Buri). En esta hermosa casa de dos pisos y 20 habitaciones, del último príncipe de Phrae, podemos encontrar antiguos muebles, artículos de plata y de cerámica, interesantes documentos sobre la esclavitud y una colección de diamantes.
Fue construida para Luang Phongphibun y su esposa Chao, entre 1897 y 1907, quienes poseían una próspera concesión de teca en la ciudad. Lo más interesante de la construcción es la talla de la madera en dos aguas, los aleros, la terraza, las ventanas y las puertas. Delante de la puerta de entrada a la casa se encuentra un estuco con forma de cabra, por el año de nacimiento del príncipe y su esposa (el año de la cabra).
Muy cerca de esta mansión, se encuentra el Wat Phra Non. Este templo, de casi 300 años de antigüedad, alberga un Buda reclinado. El both (santuario central) tiene 200 años, y luce un impresionante tejado con un pórtico en dos niveles y una fachada de madera tallada y dorada con escenas del Ramayana.
También dentro de la muralla, encontramos el Wat Luang, el templo más antiguo de Phrae, datado entre los siglos XI-XII. El complejo alberga una gran estupa de estilo Lanna, que se alza sobre una base cuadrada con cuatro elefantes a modo de soporte. Por lo general, se encuentra envuelta en seda tailandesa. También cuenta con un pequeño museo con algunas reliquias interesantes. Oficialmente solo se abre los sábados, pero si los monjes no están demasiado ocupados, a veces dejan visitarlo otros días.
No pudimos disfrutar mucho de la visita a Phrae, ya que llovía a mares. De todas formas, después de recorrer el casco antiguo, fuimos a comer a un restaurante local, el Gingerbread House Gallery and Cafe, un restaurante con galería de arte y tienda, realmente bonito. Después de comer, seguimos nuestra ruta hacia Lampang, donde cenamos y nos alojamos.
Esta ciudad, con su campo de elefantes, elegantes mansiones de antiguos magnates del sector maderero e impresionantes templos de la época Lanna, muchos de ellos de madera, parece condensar todos los clichés del norte de Tailandia. A pesar de ello, no recibe muchos visitantes, por lo que la sensación de lugar por descubrir es más fuerte aquí que en otros destinos del norte más turísticos.
Nos instalamos en nuestro hotel, el Kanecha’s Home, en realidad unas casitas de madera rodeadas de un patio, a las que se accedía a través de un aparcamiento. En el patio de la casa había una especie de glorieta con vistas al río donde, por la mañana, nos dejaron preparado el desayuno. Fue otro de los muchos momentazos del viaje. ¡Desayuno con vistas!
Otras opciones de visitas y actividades que se pueden disfrutar en la zona:
A unos 18 km al suroeste, se encuentra un complejo de templos budistas con varias construcciones religiosas interesantes, el Wat Phra That Lampang Luang. Y en el centro, el más destacado es el Wat Phra Kaew Don Tao, uno de los cuatro templos del norte que albergó al auténtico Buda Esmeralda (entre 1436 y 1468).
También se puede pasear por la ciudad en calesa, siendo la única ciudad de Tailandia donde es típico este medio de transporte. Por todas partes se ven caballos engalanados con flores artificiales de vivos colores y conducidos por cocheros con sombrero de vaquero. Se puede dar un paseo de 30 minutos a orillas del río Mae Wang, o uno de una hora, con paradas en los templos.
Nosotros recorrimos el centro a pie, paseamos por el mercado nocturno, mucho más auténtico que en otras ciudades, y acabamos cenando en un restaurante local de dos pisos, el Aroy One Bath. Con un bonito patio, los locales compartían enormes mesas con decenas de platos. ¡Éramos los únicos occidentales del lugar!