A tan solo 20 kilómetros de Ámsterdam, Zaanse Schans es un destino imprescindible para quienes desean conocer la tradición holandesa. Este encantador pueblo es famoso por sus molinos de viento históricos, sus casas de madera típicas y su ambiente que transporta a otra época.
Existen varias opciones para llegar desde Ámsterdam, en tren desde la Estación Central hasta Zaandijk Zaanse Schans (trayecto de unos 20 minutos) y después caminar unos 15 minutos hasta la zona de los molinos; en el autobús 391 desde la Estación Central y tarda unos 40-45 minutos en llegar, dejando a los visitantes a pocos minutos a pie de los molinos. Nosotros optamos por esta opción.
El autobús te deja justo en la entrada del museo y de la aldea. Nosotros decidimos realizar primero el paseo por la aldea y los molinos, y fue todo un acierto, ya que a medida que fue avanzando el día, también lo hicieron los autocares de turistas, así que nuestra recomendación es que te dejes el museo para el final, antes de coger el autobús de regreso a Ámsterdam.
El paseo a pie por el pueblo es muy agradable. Es un recorrido circular por el que vas pasando por los diferentes molinos de viento, talleres artesanos y otros pequeos museos que también se pueden visitar. Todo está incluido en la I Amsterdam City Card. Si tienes la tarjeta, puedes pasear igualmente por el pueblo y pagar la entrada de cada molino por separado (7,50€, precios de julio de 2025)
Iniciando el recorrido por el camino de la derecha, pasamos por la quesería Catharina Hoeve, se pueden degustar y aprender sobre la producción de quesos típicos. Imposible salir de allí sin comprar un queso.
El recorrido va pasando por los diferentes molinos que aún se conservan, algunos de ellos auténticas joyas del siglo XVII, restauradas con esmero, y otros construidos en el siglo XX para preservar la tradición. Todos están situados junto al río Zaan, en un paisaje característico de los Países Bajos, y desempeñaban un papel clave en la producción de harina, especias, madera, aceites y pigmentos.
Su impecable conservación y el hecho de que algunos sigan en funcionamiento los convierten en uno de los mayores atractivos turísticos de la zona. Es posible acceder a su interior para conocer su mecanismo, observar los procesos de fabricación y subir a sus plataformas superiores para disfrutar de impresionantes vistas panorámicas.
Entre los más destacados se encuentran De Huisman, especializado en especias como la mostaza; De Gekroonde Poelenburg, un aserradero de madera; De Kat, único en el mundo en la producción de pintura y pigmentos; y Het Jonge Schaap, una reconstrucción fiel de un aserradero del siglo XVII. También están De Os, dedicado a la producción de aceites; De Zoeker, el más antiguo de la zona, con actividad desde 1610 y centrado en aceites vegetales; Het Klaverblad, otro molino aserradero, y De Bonte Hen, restaurado en 1975 y dedicado a la producción de aceite.
Al final del camino que parte hacia la derecha, se puede ver el Museo de los Molinos, conocido como Zaansche Molen, un espacio interactivo que permite descubrir la historia y el funcionamiento de los molinos de viento en la región del Zaan. A través de exposiciones dinámicas, los visitantes pueden aprender sobre la importancia de estos molinos en la industria neerlandesa, desde la producción de aceites y pigmentos hasta el aserrado de madera.
Después de explorar los emblemáticos molinos de viento de Zaanse Schans, la visita continua con un relajante paseo por su aldea tradicional, que parece sacada de un museo al aire libre. Sus estrechos canales y los puentes de madera crean un entorno pintoresco que invita a la fotografía, mientras que las casas históricas albergan pequeñas tiendas donde se pueden encontrar recuerdos típicos de la región.
El recorrido por los senderos Zonnewijzerspad y Kraaienpad ofrece una vista encantadora de la vida rural neerlandesa. En el trayecto, es posible ver molinos en miniatura, como De Windhond y De Hadel, además de un paisaje bucólico.
Otro de los museos que podemos visitar es el Zaan Time Museum, situado al final del recorrido, que tiene una interesante colección de relojes de diferentes épocas.
Desde esta zona también se puede tomar un barco para disfrutar de la belleza de Zaanse Schans desde el agua, en embarcaciones tradicionales similares a las que antiguamente se usaban para transportar ganado. Esta experiencia brinda una mirada única al pueblo y permite contemplar los molinos desde un ángulo diferente, en perfecta armonía con el entorno natural.
Para obtener las mejores vistas y capturar fotografías inolvidables, puedes dirigirte al puente levadizo Julianabrug Zaandijk.
Regresando de nuevo al incio del recorrido, pasamos por el taller de zuecos, donde se realizan demostraciones periódicas de la fabricación de este emeblemático calzado.
Antes de llegar a la entrada, una preciosa cafetería, que parece más bien un museo, permite degustar dulces típicos de la región en un salón decorado como una antigua casa tradicional.
Ya en la entrada de nuevo, puedes aprovechar para comer. Las opciones no son muchas, pero tomamos un menú que consistía en una sopa más un sandwich, de queso, como no podía ser de otra forma.
Antes de tomar el bus de regreso, visitamos el Zaans Museum, que da a conocer la importancia de esta región como el mayor centro industrial y comercial de Europa en la Edad Media.
Uno de los atractivos principales es una maqueta interactiva que muestra más de 1.000 molinos de la región, ofreciendo un recorrido visual por su evolución a lo largo de los siglos. También se pueden ver exposiciones sobre la tecnología detrás de los molinos y su impacto en el desarrollo económico de los Países Bajos.
La visita incluye la antigua fábrica de chocolates y galletas Verkade. Un increíble recorrido por la maquinaria empleada en la producción de chocolote. Faltó una degustación al final, pero nos encantó la visita.
Tras este fantástico recorrido por este pueblo tradicional, regresamos a Amsterdam donde finalizamos el día realizando un crucero por los canales. En los alrededores de la Estación central existen varias paradas de barcos. Nosotros escogimos el Lovers, con una duración de 1 hora, que nos llevó por los canales más emblemáticos de la ciudad.
En esta plaza se encuentra la tienda de Apple donde en 2022 un hombre armado hizo un asalto con rehenes. La película ¡Rehén!, narra estos hechos.
Las vistas desde los canales de las preciosas fachadas de Amsterdam son fantásticas.
Finalmente tomamos un tranvía hasta la Leidsplein y acabamos el día tomando unas tapas en una terraza.
La Leidseplein es una de las plazas más animadas y concurridas de Ámsterdam. Situada al final de la calle Leidsestraat, cerca del Vondelpark y el Rijksmuseum, esta plaza ha sido un punto de encuentro clave para locales y turistas.
Históricamente, Leidseplein era el lugar donde los campesinos dejaban sus carros y caballos antes de entrar en la ciudad. Con el tiempo, se transformó en un centro de entretenimiento con bares, restaurantes, teatros y discotecas. Entre los lugares más emblemáticos de la zona se encuentran el Teatro Municipal, el famoso American Hotel de estilo Art Déco y el Casino de Holanda.
En esta plaza se encuentra la tienda de Apple donde en 2022 un hombre armado hizo un asalto con rehenes. La película ¡Rehén!, narra estos hechos.