Empezamos el día con la visita que nos había quedado pendiente el primer día, el Monasterio de San Francisco. Pedimos un Indrive desde el hotel hasta el centro histórico, y esta vez sin colas, esperamos al inicio de la visita guiada (S/20, 45 minutos). No está permitido hacer fotografías en el interior.
El Monasterio de San Francisco fue fundado en el siglo XVI, poco después de la conquista española de Perú. A lo largo de los años, ha sobrevivido a terremotos y renovaciones, y su arquitectura combina elementos góticos y renacentistas.
Una de las joyas del monasterio es su iglesia, que cuenta con una impresionante fachada tallada en piedra y una colección de obras de arte religioso. Sin embargo, la verdadera sorpresa se encuentra bajo tierra, en las catacumbas. Estos túneles subterráneos albergan los restos de miles de personas (unas 70.000!!). El recorrido bajo tierra está bien iluminado, por pasarelas de madera, y en ningún momento se siente claustrofobia, por lo que es apto para todos.
El Monasterio de San Francisco cuenta también con una valiosa biblioteca que contiene alrededor de 25.000 libros antiguos y manuscritos de gran importancia religiosa y cultural.
Después de esta visita cogimos otro InDrive hasta la Huaca Pucllana (S/15, visita guiada de 1 hora de duración), un antiguo sitio ceremonial de la cultura Lima (200-700 d.C). Lo forma una pirámide truncada con seis plataformas superpuestas, a las que se accede por una serie de rampas. Sus ladrillos están hechos a mano y colocados como los libros de una estantería. Junto a la pirámide se encuentra un complejo de habitáculos construidos con pequeños adobes y que presentan restos de pintura.
Los maniquíes que se encuentra por todo el yacimiento recrean ceremonias rituales que formaban parte de los homenajes a los dioses. Los ritos religiosos los realizaban los sacerdotes, y se cree que la rotura de jarras, así como el sacrificio de mujeres y niños, contribuía a mantener unida a la comunidad.
En el momento de escribir este texto (enero 2024) se acababa de encontrar una tumba de la cultura Ychsma con un único individuo sentado en posición flexionada y mirando hacia el sur.
El complejo tiene también un pequeño museo y un Área de Flora y fauna Nativa, donde se exhiben alpacas, llamas y cuyes (cobayas). Desde su restaurante de lujo hay excelentes vistas!
Nuestra siguiente visita fue el Museo Larco. Rodeado por hermosos jardines, el museo está situado en una casona virreinal del siglo XVIII. La exposición permanente del Museo Larco invita a sus visitantes a descubrir más de 5000 años de historia del antiguo Perú, a través de una fascinante colección de arte precolombino.
Se puede visitar además el depósito del museo. Casi todos los museos del mundo tienen importantes reservas con acceso restringido al público y no se pueden visitar. Desde su fundación en 1926, el depósito del Museo Larco es el único del Perú y uno de los pocos del mundo abierto al público. Conocer estos depósitos y caminar entre 30.000 piezas arqueológicas de cerámica cuidadosamente clasificadas es una experiencia única.
También se puede ver la recientemente renovada Galería Erótica Checan. El erotismo presente en esta importante colección de piezas de cerámica hace alusión al deseo, atracción y unión de fuerzas opuestas pero complementarias que permiten la regeneración constante de la vida.
En el museo hay un bonito restaurante, en el patio de la hacienda. Nosotros aprovechamos para comer aquí antes de la visita. La comida fue realmente espectacular y el entorno idílico.
Después de visitar el museo Larco regresamos al hotel. Tras un breve descanso pedimos otro InDrive hasta el Barrio de Barranco, uno de los lugares imprescindibles para ver en Lima.
Este barrio fue una tranquila aldea con molinos de viento hasta el S.XIX, cuando la alta sociedad de Lima, atraída por la nueva moda de bañarse en el mar, comenzó a construir en ella sus residencias de verano. Su embarcadero, construido en 1906, albergaba una pista de baile en la que tocaban las mejores orquestas del momento.
Los lugares más famosos, como la Bajada de los baños o el puente de los suspiros, se construyeron en la década de 1870. Durante el S.XX el barrio se convirtió en una zona bohemia, famosa entre escritores y artistas peruanos. El parque Municipal y muchos de los cafés y restaurantes de barranco, aún conservan cierto aire antiguo.
Paseamos por Barranco, desde el Parque Municipal a la Ermita, la Bajada de los baños y el puente de los suspiros. En nuestro paseo pudimos ver muchos grafitis que han transformado las calles de Barranco en un museo de arte al aire libre. Muchos son obra del artista Jade Rivera. Destaca El Hogar de un Suspiro, Mural Art Work, El Aprendiz y muchos otros.
Iniciamos nuestro recorrido en el Parque Municipal con su hermosa Biblioteca de color rojo (1895-1899), considerada Monumento Histórico, y su torre del reloj. Los fines de semana se instalan en la plaza un mercado de comida.
Desde el Parque Municipal tomamos el Pasaje Chabuca Granda y al llegar a la calle Ayacucho nos asomamos al mural de El aprendiz.
Si seguimos recto, se cruza el Puente de los Suspiros, del S.XIX. Su nombre recuerda al amor frustrado de una muchacha que vivía en la Bajada de los baños y que se enamoró de un barrendero que vivía en la parte baja de la calle. Su padre le prohibió verlo por lo que se pasó el resto de su vida esperando una mirada suya a través de la ventana. Las personas que cruzaban el puente solían escuchar los suspiros de la muchacha. Ahora se dice que aquel que formule un deseo y cruce el puente sin respirar, verá su sueño cumplido!!.
Debajo del puente de los suspiros se encuentra la galería de arte de Jade rivera y el mural El Hogar de un suspiro. Desde aquí parte la Bajada de los Baños, un bello paseo construido en 1870 que desciende hasta el mar. La calle está flanqueada por bellas casas antiguas con las fachadas pintadas de vivos colores. La mayoría de estas casas antiguas han sido transformadas en cafés y restaurantes, aunque sus balcones y techos con tallas recuerdan todo su esplendor.
Si regresamos de nuevo al Puente de los Suspiros, a pocos pasos podremos ver la Ermita. Según cuenta la leyenda, un grupo de pescadores perdió el rumbo en las costas de Lima. Pidieron ayuda al cielo y vieron una luz. Remaron hacia ella y se salvaron, y en ese mismo lugar construyeron una ermita. ¡¡Hay una leyenda para cada sitio!!
Desde la Ermita parte un sendero que pasa junto a bonitas casas y cafés hasta llegar al Mirador Catalina Recavarren, que ofrece vistas panorámicas al Océano Pacífico.
De camino pasaremos por el Enrejado de los candados, una reja donde las parejas cuelgan un candado como símbolo de su amor. Sin duda barranco es un barrio con muchos rincones por descubrir!
Después del paseo nos sentamos en un bonito bar con vistas, el Tío Mario, a tomar unos dulces típicos del Perú. Además es un restaurante especializado en carnes a la barbacoa, para los más hambrientos!.
Después de la merienda regresamos de nuevo al hotel, ya con ganas de descansar después de otro intenso día.
Pero si todavía quedan fuerzas, se puede dar un paseo por Miraflores y su Malecón, con numerosos parques. Se puede pasear por el Parque del Amor, con su famosa escultura del El Beso y sus bancos estilo Gaudí; recorrer los acantilados con vistas al pacífico; o acercarse al centro comercial Larcomar con numerosos bares y restaurantes. Nosotros ya habíamos tenido bastante por hoy!