Tras el desayuno en la cafetería Chez-Céline, dejamos el hotel de Playa del Carmen y seguimos nuestra ruta por Riviera Maya hasta nuestro siguiente destino, Tulum.
Nos instalamos en el hotel Howlita Tulum y salimos de nuevo en coche para visitar las ruinas de Tulum.
Tulum, cuyo nombre original en maya era Zamá, que significa "amanecer", fue una ciudad maya costera de gran importancia durante el período Postclásico (aproximadamente del siglo XII al XV d.C.). A diferencia de muchas otras ciudades mayas ubicadas en la selva, Tulum se construyó en un acantilado frente al mar Caribe, lo que le otorgaba una posición estratégica para el comercio y la observación astronómica.
Además de su función comercial, Tulum también era un centro ceremonial y religioso. Los mayas construyeron numerosos templos y edificios dedicados a sus dioses, donde realizaban rituales y ceremonias. El Castillo, el edificio más emblemático de Tulum, era un templo dedicado al dios descendente, relacionado con el culto a Kukulcán (la serpiente emplumada).
A pesar de su importancia, Tulum fue abandonada a finales del siglo XV, mucho antes de la llegada de los españoles. Las causas exactas de este abandono aún no están completamente claras, pero se han propuesto varias teorías, como cambios climáticos, conflictos internos o la llegada de nuevos grupos étnicos a la región.
Las ruinas de Tulum fueron descubiertas a principios del siglo XIX por exploradores y viajeros. Sin embargo, no fue hasta el siglo XX que se iniciaron las primeras investigaciones arqueológicas en el sitio. Actualmente, Tulum es uno de los sitios arqueológicos más visitados de México y un importante destino turístico.
Se puede llegar en coche hasta las ruinas y aparcar a unos 400 metros de las taquillas (parking $100). Desde las taquillas se puede caminar hasta la entrada de las ruinas (600 metros a pleno sol), o tomar un coche eléctrico (incluido en el precio de la entrada). Las entradas tienen un coste de $515 ($100 corresponden a tasas para el estado. Precios enero 2025). Hace mucho calor en Tulum y no hay sombras en todo el recorrido. Conviene llevar agua en botella reutilizable. Regristran al entrar y no permiten entrar con botellas de plático.
El recorrido por las ruinas se puede hacer en unas 2 horas y es circular. Los edificios más emblemáticos son:
Construido en la cima de un acantilado, el Castillo ofrecía una vista panorámica de la costa, lo que lo convertía en un punto de observación ideal tanto para fines militares como religiosos.
Se cree que el Castillo era un templo dedicado al dios descendente, una deidad importante para los mayas asociada con el sol y el renacimiento. Las ceremonias y rituales se llevaban a cabo en la cima de la pirámide, donde se encontraba el santuario principal.
Su arquitectura es típica del estilo costero maya, con una base amplia y una torre escalonada que culmina en un pequeño templo. La fachada principal está adornada con esculturas y relieves que representan figuras humanas y divinidades.
Como su nombre indica, este templo estaba dedicado al Dios Descendente, una deidad maya asociada con el sol, la renovación y el renacimiento. Esta figura divina era representada descendiendo de los cielos, simbolizando así un ciclo de vida y muerte.
Al igual que el Castillo, el Templo del Dios Descendente se encuentra en una posición elevada, lo que le otorga un carácter sagrado y lo convierte en un punto focal dentro de la ciudad maya.
Se cree que este templo era utilizado para realizar ceremonias y rituales relacionados con el culto al Dios Descendente, así como para observar los movimientos celestes y marcar los ciclos agrícolas.
El complejo está formado por varios edificios que se cree que servían como viviendas para los habitantes de Tulum. Estos edificios eran más pequeños y menos elaborados que los templos y palacios de la zona ceremonial.
Se han encontrado evidencias de talleres artesanales en la Casa del Cenote, lo que sugiere que en este lugar se realizaban diversas actividades relacionadas con la producción de objetos de uso cotidiano.
El cenote asociado a este complejo era una fuente vital de agua para la comunidad. Los mayas consideraban a los cenotes como lugares sagrados y los utilizaban para diversos fines, como el suministro de agua, la realización de rituales y la purificación.
Este templo destaca por sus murales, que representan figuras humanas, deidades y escenas de la vida cotidiana maya. Son considerados uno de los ejemplos más importantes de pintura mural prehispánica en Mesoamérica.
El templo cuenta con dos niveles, habitaciones y nichos religiosos, lo que sugiere una importancia ceremonial y social significativa. Además de los murales, el templo presenta una rica decoración con relieves, mascarones y columnas, lo que revela la habilidad artística de los antiguos mayas.
Este templo está dedicado a Ehecatl, el dios del viento en la mitología maya. Se creía que Ehecatl era el creador del movimiento y el aliento de vida, y se le asociaba con los cuatro puntos cardinales.
Su forma cilíndrica, poco común en la arquitectura maya, se cree que representa la forma en que el viento sopla en todas direcciones. Esta característica lo distingue de otros edificios de Tulum. Además, al encontrarse justo al lado del mar, lo convierte en un lugar ideal para sentir la fuerza del viento y conectarse con la naturaleza.
En su interior hay un pequeño altar que demuestra que el edificio se utilizó con fines ceremoniales hasta principios del S.XX. Según cuenta la leyenda, cuando un silbido salía del piso superior del edificio, los mayas sabían que se acercaba un huracán o una tormenta peligrosa, y debían buscar refugio.
Su nombre, que significa "Casa del Gran Señor" en maya, nos indica que este lugar era la residencia del gobernante de la ciudad.
La Casa del Halach Uinic era un complejo residencial que incluía habitaciones, patios y posiblemente almacenes. Su diseño y decoración reflejaban el poder y el estatus del gobernante.
Una de las características más llamativas de esta estructura son los lechos de piedra, que se cree que servían como camas para el gobernante y su familia. Estos lechos, tallados en piedra caliza, eran más que simples lugares para dormir; eran símbolos de poder y estatus.
La Casa del Halach Uinic se encontraba en una posición privilegiada dentro de la ciudad, cerca de otros edificios importantes como el Templo de los Frescos. Esta ubicación estratégica le otorgaba al gobernante fácil acceso a los centros ceremoniales y administrativos.
Imaginar la vida en la Casa del Halach Uinic nos permite adentrarnos en el mundo de los gobernantes mayas. Estos individuos no solo eran líderes políticos y religiosos, sino también administradores de la economía y organizadores de la vida social de la ciudad.
El Mirador Arqueo astronómico de Tulum se encuentra en la Estructura 25, un edificio con características arquitectónicas únicas que sugieren su uso para observaciones astronómicas.
En los muros oriente y poniente de esta estructura hay dos orificios a diferentes alturas. Estos orificios están alineados de manera precisa con los puntos extremos de la trayectoria de la Luna en el horizonte. Se cree que servían para observar el paso de la Luna y marcar eventos astronómicos importantes para el calendario maya.
La astronomía era fundamental para la cultura maya, ya que les permitía crear un calendario preciso; predecir eventos naturales como las estaciones, los eclipses y otros fenómenos naturales importantes para su supervivencia; orientar sus edificios de acuerdo con los movimientos celestes; conectar con el mundo espiritual: los mayas creían que los astros tenían una influencia directa en la vida humana y en los eventos naturales, por lo que la observación astronómica era una parte integral de sus rituales religiosos.
Después de la visita de las ruinas de Tulum, y como hacía mucho viento y mala mar, nos fuimos directamente al centro de Tulum para comer y nos saltamos el baño en la playa. Comimos en el restaurante Gusto, en la avenida principal y, justo al lado, nos regalamos otro suculento helado en un Aldo’s, nuestra ya consolidada heladería favorita de la Península de Yucatán.
Después de comer compramos algo de fruta para la cena y regresamos al hotel para pasar la tarde de relax en la piscina.
En el hotel nos recomendaron algunos restaurantes cercanos. Os dejamos aquí la lista:
En el centro de Tulum:
La negra Tomasa
La Gloria de don Pepe
Gusto
El Asadero
Acqua e farina
La consentida
Cerca del hotel:
Palma central
El camello jr
Burrito Amor
Para tomar algo:
La guarida
Santino
Straw Hat