Empezamos el día bien temprano y, tras desayunar en el hotel, recorrimos aún de noche la corta distancia que nos separaba hasta la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an donde realizamos una excursión en bote por Antiguos Canales Mayas. Reservamos esta actividad directamente en la web de Community Tours Sian Ka’an donde nos atendieron de maravilla (+52 984 114 0750). Esta empresa de turismo comunitario, está fundada y operada por una familia maya y gente local, y desde hace años, destaca por sus buenas prácticas medioambientales y el turismo sostenible.
El coste del tour por persona desde Tulum (con recogida en el hotel entre las 6-6:50 a.m) era de $2700 MXM por adulto y $2300 MXM para menores de 12 años. Al ir en coche hasta Muyil, el precio fue de $2.500 MXM por persona y la hora de encuentro las 7:20 a.m. Pagamos la mitad por adelantado mediante un enlace de pago, y el resto lo pagaos allí con tarjeta con un 5% de recargo (también se podía pagar en efectivo). En el precio estaba incluido el desayuno, el tour guiado y la comida.
Esta reserva natural fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1987. En la lengua de los mayas, Sian Ka’an significa “origen del cielo”. Situada en la costa oriental de la península de Yucatán, esta reserva de la biosfera abarca bosques tropicales, manglares, marismas y una zona marina atravesada por un arrecife.
Sobre las 7:20 a.m. nos esperaban en el Centro Comunitario de Muyil, donde nos recibieron con un buen desayuno. Desde allí nos dirigimos en minivan hasta el punto de embarque, donde abordamos una pequeña embarcación para navegar por un antiguo canal que atraviesa cuatro ecosistemas diferentes. Los mayas, con sus canoas, utilizaban este canal que conecta el Mar Caribe con la Comunidad Muyil.
Durante la navegación pasamos por las tres principales lagunas, Muyil, Chunyaxche y Capelchen, todas conectadas por canales de agua, dos de ellas de agua dulce y una de agua salada (debido a la proximidad del mar caribe y al choque de las aguas de los canales). Podremos observar múltiples aves acuáticas y disfrutar del paisaje. Nuestro guía Guillermo nos fue explicando la riqueza del paisaje y nos contagió con su entusiasmo por este increíble paraje.
Dentro de la reserva y en medio de los canales y lagunas hay un templo maya, conocido como Ixlapak. Este templo fue utilizado por los mayas como observatorio astral y también fue utilizado como aduana de esta ruta comercial. En este punto se encuentra el muelle de Ixlapak donde nos equipamos con chalecos salvavidas y no sumergimos en el canal para conectarnos con la naturaleza. Durante la actividad flotante, de unos 45 minutos, recorrimos unos 700 m manglares, prácticamente en un paraíso. Sólo tuvimos que dejarnos llevar por la suave corriente hasta ser recogidos de nuevo por nuestra embarcación en "Chan Muelle".
La aventura continuaba visitando la última laguna, Capelchén, donde tuvimos la oportunidad de observar manatíes y cocodrilos en su hábitat natural.
Para finalizar el recorrido, llegamos hasta la playa virgen de Boca Paila donde dispusimos de tiempo libre para relajarnos en este increíble lugar. La presencia de plásticos en toda la playa, recuerda que ningún rincón del planeta está a salvo. Como nos explicó nuestro guía Guillermo, esos plásticos provienen de los cruceros que vierten sus residuos al mar.
Regresamos navegando de nuevo entre manglares hasta la Comunidad Muyil, donde nos sirvieron una magnífica comida antes de dar por finalizado el tour.
Una vez acabada esta aventura, pusimos rumbo a la cercana Laguna Kaan Luum. Se trata de un lago transparente alrededor de un cenote central muy profundo, con aguas turquesas, hamacas dentro del agua y un muelle. Kaan Luum está inmersa en la exuberante selva maya, lo que le otorga un ambiente tranquilo y natural. Para llegar hasta ella hay que recorrer un corto sendero de unos 400 m por mitad de la selva.
En el corazón de la laguna se encuentra el cenote, una formación natural de agua dulce. Este cenote es más profundo y está rodeado por una cuerda que impide el acceso, a menos que sea con un guía autorizado.
Íbamos preparados para el snorkel pero el fondo, algo turbio, impedía la visibilidad. Así que nos dimos un baño, subimos a una torre de observación para disfrutar de las vistas y nos comimos un delicioso coco.
Ya de regreso a Tulum pasamos un rato por el hotel y al atardecer salimos a pasear de nuevo por la calle principal, llena de tiendas, bares y restaurantes. Compramos algo para la cena y regresamos a nuestro hotel. El camino entre el hotel y la calle principal no es muy agradable. No hay aceras, está todo sucio y descuidado. Hay que tenerlo en cuenta para no regresar muy tarde al hotel. No parecía muy seguro para recorrer en plena noche.