Después de desayunar, dejamos nuestro hotel en Hoi An y tomamos un taxi hasta el aeropuerto de Danang, donde abordamos un vuelo hacia Hanoi, nuestra última parada del viaje. Una vez en Hanoi, nos trasladamos al hotel y ¡nos lanzamos a explorar!
Nos hospedamos en el Trang Trang Hotel, un establecimiento estrecho con habitaciones diminutas, pero muy bien ubicado y con un personal muy atento. A nuestra llegada a Hanoi, el COVID-19 ya se estaba extendiendo por China y Europa, así que en el hotel dejaron de servir el desayuno en el comedor y lo llevaban a las habitaciones para evitar el contacto. Aparte de eso, estuvimos bastante a gusto en este alojamiento.
Almorzamos en un restaurante junto al hotel, el Downtown café & restaurant, donde repetimos varias veces durante nuestra estancia. La comida era espectacular y el servicio impecable. Nos convertimos en clientes habituales, tanto que incluso nos daban descuentos por reincidir. ¡Nuestro postre favorito era el plátano con crepes de chocolate, helado de coco y fresas! ¡Una delicia!
Pasamos la tarde explorando el casco antiguo de esta vibrante y caótica ciudad. Comenzamos nuestro paseo en el Lago Hoan Kiem, que se encuentra junto al hotel. Cuenta la leyenda que, a mediados del siglo XV, el cielo envió al emperador Ly Thai To una espada mágica, la cual utilizó para expulsar a los chinos de Vietnam. Tras la guerra, una tortuga dorada gigante tomó la espada y desapareció en las profundidades del lago para devolverla a sus propietarios divinos. De ahí proviene el nombre Ho Hoan Kiem, que significa “Lago de la Espada Recuperada”. ¡Es una leyenda fascinante!
En el medio del lago se encuentra la Torre Thap Rua, o Torre de la Tortuga, erigida en honor a las tortugas gigantes que siempre han habitado el lago (¡y a la tortuga de la leyenda!). En la orilla este del lago también se encuentra el Monumento a los Mártires.
Visitamos el Templo de Ngoc Son, uno de los iconos de la ciudad. Construido a finales del siglo XIX, es un templo chino en honor al héroe nacional Tran Hung Dao, quien en el siglo XII expulsó a los invasores mongoles. Para acceder al templo, cruzamos el espectacular Puente Huc (Puente del Sol Naciente), una pasarela de madera que destaca entre el verdor del parque por su bello color rojo. Una de las principales atracciones del templo es ver la Tortuga Gigante disecada. Esta tortuga fue pescada en los años 60 y se dice que tenía unos 500 años de vida, ¡por lo que podría ser la misma tortuga de la leyenda!
Después de pasear por el lago, conocer a algún “coleguita” (¡siempre se hacen amigos en los parques!), y ver cómo hacen Tai Chi y otras actividades que suelen tener lugar a orillas de los lagos, continuamos nuestro paseo por el casco antiguo, adentrándonos en las 36 calles.
Algunas de estas calles datan del siglo XIII. Cada una de las 36 calles del barrio antiguo comienza con la palabra “Hang”, que significa mercancía o tienda. Cada calle se especializaba en un arte diferente. Aunque algunos de los antiguos oficios han desaparecido, dando paso a nuevos comercios, incluso hoy en día cada una de las calles se centra en un sector o actividad específico.
Las calles se especializan en ropa, ferretería, accesorios de mujer, cerámica y objetos funerarios. Destaca la antigua calle de los hojalateros, donde los herreros contemporáneos trabajan el metal y el vidrio. Al sonido de los martillos, los artesanos exponen su trabajo en la acera: recipientes metálicos, espejos y candelabros.
Otra calle interesante es la especializada en cañas de bambú. Es fácil de identificar: apoyadas contra las fachadas de los edificios hay cientos de cañas de bambú, con las que se fabrican escaleras (muy utilizadas en la construcción hoy en día) y balsas de bambú.
Pasear por aquí no es fácil. Las calles son muy estrechas y el reducido trocito de acera está ocupado por motos aparcadas, mesas y sillas de restaurantes, y artículos de todo tipo. Así que, ¡a caminar con paso firme y a divertirse, que ya nos esquivarán!
También nos acercamos al Puente Long Biên, el más viejo de Hanói, construido por Gustave Eiffel, el creador de la Torre Eiffel. Una marabunta de motos cruza este puente las 24 horas del día. Alrededor del puente hay calles muy curiosas. Justo en el puente, también termina el Mural de Mosaico Cerámico de Hanói. Con una longitud de 4 km, este mural está incluido en el Récord Guinness mundial como el mural de cerámica más largo del mundo, y representa distintos periodos de la historia de Vietnam.
Pasamos la tarde paseando por el barrio antiguo y, a las 19:20h, asistimos a un espectáculo en el famoso Teatro de las Marionetas de Agua, o Thang Long Water Puppet Theatre. Pensábamos que se iba a cancelar por el COVID-19, pero tuvimos suerte y pudimos asistir. El teatro es muy pequeño y estaba lleno hasta la bandera. Los asientos eran muy estrechos y sin opciones de guardar las distancias, así que nos compramos unas mascarillas y empezamos a utilizarlas. ¡No sabíamos lo que nos esperaba!
El origen de este teatro se remonta a siglos atrás, en el siglo XI, cuando comenzaron a ser muy comunes por todo el país, con compañías de teatro que viajaban recorriendo los pueblos y las ciudades. Desde la antigüedad, la temática de estas representaciones siempre ha sido la misma: contar las escenas del día a día de la gente local y transmitir de manera oral la historia del país, con sus leyendas y mitos.
El espectáculo se compone de un estanque de agua donde se colocan las marionetas, que son articuladas por expertos actores desde detrás de una lona que sirve como decorado. El espectáculo teatral está acompañado por una banda de músicos y cantantes, lo que añade solemnidad a la función. ¡La verdad es que fue muy divertido!
Después del espectáculo, regresamos a nuestro hotel. Como habíamos comido mucho y muy tarde, compramos fruta en el mercado y no salimos a cenar. ¡Al día siguiente nos íbamos de crucero!