Por la mañana visitamos Chinatown. Nos desplazamos de nuevo en barco. El barrio de Chinatown fue creado por la población china emigrante al instaurarse Bangkok como capital de Tailandia en 1782. Aunque en Chinatown, como en cualquier barrio chino, predomina el caos, es un barrio muy seguro.
En sus calles encontramos puestos de toda índole. Los más típicos son los de ropa y comida, pero se ven tenderetes cuya misión es difícil de precisar. Comerciantes chinos, nepalíes e indios hacen que estas calles estén repletas de vida a cualquier hora del día.
Desde el muelle de Ratchawong puedes subir por Th Songwat, calle de viejas casas y edificios comerciales, que dan la sensación de encontrarse en un barrio chino del S.XIX. Se sigue por el Soi Itsara Nuphap, una sucesión de tiendas de especias al por mayor. Se cruza el mercado de tejidos de Sampeng Lane hasta Th Yaowarat, a través de numerosos puestos de alimentos frescos y en conserva.
En la esquina de Th Yaowarat se encuentra el Chai Kuan Oo, un santuario taoísta minúsculo y trepidante. Una espesa humareda de incienso rodea siempre una cabeza de caballo dorada, que tiene fama de dar buena suerte. Cada ofrenda (legumbres) se acompaña de un deseo (¡buena suerte, salud y éxito!) y de un toque de cascabel.
Llegados a este punto se puede girar a la derecha por Th Yaowarat hasta el Wat Traimit, templo venerado por su Buda de oro macizo (S.XIII) de 5,5T y 3m de altura, considerado el más grande del mundo. Se puede subir hasta el Buda de Oro en ascensor y bajar por las escaleras, para ir entrando en las diferentes exposiciones que hay en cada planta, con maniquíes que representan la vida local del barrio chico y maquetas de diferentes escenas cotidianas.
De regreso por Th Charoen Krung, pasamos por el Wat Mangkon Kamalawat, templo de decoración china, con una colina artificial llena de nichos para estatuas, y en sus paredes, una curiosa silueta negra, ¡la sombra de Buda!
Después de pasear por Chinatown, regresamos al hotel para comer, antes de salir para el aeropuerto, rumbo a Siem Reap. ¡Camboya nos esperaba!
Una vez aterrizados en Siem Reap, un transfer del hotel vino a recogernos al aeropuerto y nos instalamos en The Night Hotel, con un precioso jardín con piscina y un restaurante. Este hotel incluía el traslado desde/hacia el aeropuerto, así que no tuvimos que pagar ningún extra. Como ya era tarde nos quedamos a cenar en el hotel, pero en la puerta podías coger un tuktuk que por 2$ te llevaba a Pub Street.