Dejábamos Guilin con buen sabor de boca. A pesar del horrible vuelo que tuvimos para llegar, sin duda había valido la pena. Cogimos otro vuelo interno (10-12h), esta vez sin sobresaltos, y llegamos a Hangzhou, donde pasamos la tarde por libre.
Hangzhou sigue siendo una de las metrópolis más importantes de la República de China. Obtuvo riqueza y prosperidad con el comercio de la seda y el té verde, y es hoy una de las seis grandes capitales de China. Fue capital de todo el país durante el reino Wuyue (893-978).
Su mayor reclamo es el Lago del Oeste. En China existen más de 30 lagos con el mismo nombre, "Xi Hu", pero este es el más hermoso de todos. Con una superficie de más de seis kilómetros cuadrados, fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011. El lago no se concibió como tal hasta el siglo VIII, cuando se drenó un pantano cercano y se levantaron varias islas y pasos con la tierra sobrante. A partir de ahí, comenzó a estructurarse con sauces y pagodas a su alrededor.
Una vez instalados en el hotel Grand Metropark, salimos a comer por los alrededores y solo pudimos hacerlo en un centro comercial. No había más restaurantes ni bares a la vista. Fue difícil entenderse, todo estaba escrito en chino y cuando por fin pudimos pedir algo apetecible, no conseguíamos pedir las bebidas. Para nuestra sorpresa, no servían agua embotellada. Tuvimos que salir a toda prisa del lugar y comprar agua en el centro comercial para poder comer.
Mucha gente no habla inglés en China y cuando ven que no entiendes, simplemente te ignoran y no te ayudan en nada. Una vez superado el trámite de la comida, de la que seguíamos sin disfrutar demasiado, nos fuimos a dar un paseo.
Una de las calles imprescindibles que hay que recorrer en Hangzhou es la calle Qing He Fang. Conocida por la Farmacia y el Museo de Medicina Tradicional, ubicada en una mansión del siglo XIX, no tiene demasiado interés más. Esperábamos encontrar una calle con más encanto, con tiendas de medicina tradicional y buenos restaurantes, y se trata más bien de una avenida repleta de centros comerciales y tiendas de marca de todo tipo, donde algunos de los acompañantes de nuestro grupo se dejaron un dineral haciendo compras.
Llegamos caminando hasta el lago y en dirección norte encontramos la Tienda de la Amistad, un buen lugar donde poder adquirir artesanía. En la curva superior del lago se encuentran las famosas Casas de Té de Huanghu Lou y Fushi Da. Unidas por un corredor de madera, ofrecen el magnífico té verde de Hangzhou. Además de contemplar el lago, se puede disfrutar de algún espectáculo nocturno.
Pasamos la tarde paseando por el lago y observando a los locales mientras realizaban sus sesiones de taichí o pasaban el tiempo con bailes de salón. Entablamos conversaciones con unos simpáticos hombrecillos, con los que no nos entendimos ni una palabra, pero que nos hicieron reír un buen rato. Nos miraban y se reían de nuestro aspecto al igual que a nosotros nos hacían gracia ellos. Fue una tarde divertida.
Regresamos al hotel comiendo un helado y esperamos que nos vinieran a recoger, tal y como habíamos acordado unos cuantos del grupo, para asistir al espectáculo "Impressions".
No hay palabras para describirlo. Los cientos de bailarines que participan, se deslizan sobre el lago en un escenario parcialmente sumergido, de manera que parece que floten sobre el agua. La iluminación y la puesta en escena es tan espectacular como solo los chinos saben hacer estas cosas, a lo grande. Eso sí, el precio también es alto (unos 45 €).
Basado en los mitos y leyendas clásicas del Lago del Oeste, el espectáculo se realizó por primera vez en 2016 para los líderes mundiales que asistieron a la reunión del G-20 celebrada en Hangzhou. Un auditorio especial y un sistema de sonido de última generación facilitan ver y escuchar desde cualquier asiento. Los más baratos son los asientos normales, seguidos de los asientos VIP. El auditorio es al aire libre, y solo los asientos VIP están cubiertos.
Tras el show regresamos al hotel y nos compramos unas bandejas con frutas para cenar en nuestra habitación