Hoy nos esperaba un gran día!!. A las 6:30h de la mañana vinieron a buscarnos al hotel para llevarnos al puerto. Allí nos estaba esperando Dafri, para asegurarse de que todo estaba en orden y no necesitábamos nada. Embarcamos en una lancha rápida para recorrer el archipiélago del Parque Nacional de Komodo.
La ruta incluía muchas paradas para hacer snorkel, bañarnos en la playa y disfrutar del entorno, y por supuesto, una caminata en la Isla de Komodo para conocer a los famosos dragones prehistóricos. Nuestras paradas serán: Padar island, Pink beach, Komodo island, Taka Makassar island, Manta point y Turtle point.
Tras cerca de una hora de navegación llegamos a Padar Island, donde desembarcamos para hacer una caminata hasta lo alto de su colina para disfrutar de las vistas.
La isla se encuentra en el mar de Flores, entre las islas de Komodo y Rinca. La topografía de la isla es escarpada, montañas y colinas volcánicas que terminan en cuatro bahías sin apenas nada de vegetación, aquí solo crecen pequeños arbustos.
Tras media hora de caminata, llegamos a la cima donde disfrutamos de las vistas de las tres playas de la isla, una con arena blanca, otra con arena rosa, y otra con arena negra. Una auténtica maravilla!!. Si no quieres subir hasta la cima, puedes quedarte a medio camino, donde también se pueden ver las vistas, o simplemente esperar en el embarcadero o en la playa que hay junto a éste.
Nuestra siguiente parada fue Pink Beach, una estupenda playa de arena rosa y aguas cristalinas, ideal para hacer snorkel. La Pink Beach o Playa Rosada obtiene su nombre de la arena que aparenta ser de este color por su combinación de arena blanca con arena roja, formada de esqueletos de foraminíferos. Los foraminíferos son protistas ameboideas (como mini moluscos) de pequeño tamaño (menos de 1 mm) caracterizados por un esqueleto o concha de color rojo. Una vez muerto, su esqueleto rojo queda en la orilla y se mezcla con la arena blanca y da ese color rosado.
Además de su color maravilloso, las aguas de esta playa son también ideales para hacer snorkel. Nos dejaron una hora de tiempo libre para disfrutar de esta playa y de su fondo submarino!
Nuestra siguiente parada fue la isla de Komodo donde hicimos una caminata de 1h30min.
El Parque Nacional de Komodo, fue creado en 1980 como área protegida para preservar el hábitat de los dragones. Debido a su importancia, en 1990 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y en 2011 una de las siete maravillas naturales del mundo.
Los Dragones de Komodo, son una especie de varano gigante (Varanus Komodoensis) que en máxima plenitud adulta pueden pesar más de 70 kg y alcanzar los 3 m de longitud. Es el lagarto más grande del mundo, es carroñero y además se come a sus crías, por lo que éstas suelen subir a las copas de los árboles para protegerse.
El dragón de Komodo puede parecer pasivo pero no lo es en absoluto. Puede correr hasta a 20 km/h, y mata por las bacterias de su saliva. Si muerde a una presa, ésta muere al cabo de unos días. El dragón la seguirá y esperará hasta que muera para comérsela. Ojo también con la cola, un golpe con ella puede ser mortal.
Hicimos nuestro recorrido escoltados por un ranger, que armado con un palo, nos protegería en caso de peligro. Nada más empezar el camino, ya pudimos ver varios ejemplares pequeños alrededor de un árbol, y en la misma playa, había un ejemplar enorme, al que puedes acercarte bajo supervisión, para hacerte una foto, que aunque lejos, por uno de esos efectos ópticos, parece que lo estés tocando. Como pudimos ver, este dragón tenía una pata dañada, por eso dejan acercarse, y al alimentarle artificialmente, permanece siempre en esta zona.
El camino por la isla se hace en fila y en silencio. Se pasa por algún nido y por el lugar donde van a beber agua los dragones. Nosotros nos encontramos con otro ejemplar enorme, que se cruzó en nuestro camino y tuvimos que esperar hasta que se apartase. Cruzó delante de nosotros y se acabó ocultando en su nido.
Una vez superada esta aventura, regresamos a nuestra embarcación, donde se nos sirvió la comida en una bandeja. La verdad es que la comida fue demasiado simple. Podríamos haber comido en Komodo donde había una zona con mesas de madera y un bar, además de un enorme mercadillo de recuerdos al que no tuvimos tiempo ni de acercarnos.
Esta visita se puede hacer también de forma privada, si vuestro presupuesto os lo permite, y así quedarse a comer en la isla de Komodo. La excursión en lancha compartida nos costó unos 100€ al cambio, además de las entradas al parque, que las pagamos en efectivo a los mismos chicos de la lancha (300.000 IDR por persona).
Después de la comida a bordo, seguimos navegando hasta Taka Makasar, una franja de arena blanca rodeada de aguas cristalinas, que emerge del mar formando un arrecife de unos 3 km. Aquí desembarcamos en mitad del mar. Hay que bajarse de la lancha directamente en el agua. No puedes llevar nada porque aunque no es muy profundo, cualquier cosa que lleves corre el riesgo de acabar mojada.
Estuvimos un rato bañándonos en este precioso lugar y enseguida hicimos otra parada en Manta Point. La zona cercana a Takat Makassar es muy rica en plancton y en corrientes marinas y atrae a las mantas. No tuvimos suerte y no pudimos ver ninguna manta. Según nos dijeron, hacía varios días que no se veía ninguna. La zona es muy profunda y con muchas corrientes, yo ni siquiera me tiré al agua!!.
A poca distancia volvimos a parar en Turtle point, dónde sí pudimos disfrutar de su fondo marino con corales, peces de colores y alguna que otra tortuga, aunque muchas menos que las de Gili Air.
Después de este último baño en el paraíso, regresamos a nuestro hotel en Labuan Bajo y tras un breve descanso, salimos a cenar. Volvimos al restaurante del primer día, el Blue Marlin Dive Komodo, para despedirnos de Flores.