¿Preparados para flotar?. Este día fuimos al Mar Muerto! Eso sí, antes visitamos Betania, el lugar del bautismo de Jesús.
Pusimos rumbo a Betania. Dejamos el coche en el lugar indicado y subimos a un bus que nos llevó hasta el lugar del inicio de nuestro recorrido a pie. Acompañados de un guía, realizamos un paseo de unos 2km (1h).
Al poco de caminar por un tranquilo sendero pavimentado, llegamos al punto más sagrado del recinto, es el lugar exacto donde se cree que se bautizó Jesús. En el lugar hay un yacimiento arqueológico que acoge restos de tres iglesias, una sobre la otra. Una escalera desciende hasta donde estaba el agua originariamente, y un edificio cercano marca el punto donde es probable que Jesús fuera bautizado. En los S.V y VI se construyeron varias iglesias bizantinas para conmemorar el lugar, y fueron reconstruidas en el mismo sitio tras haber sido destruidas por inundaciones. Hoy sólo quedan restos de los mosaicos originales.
Seguimos caminando por el sendero y llegamos a un punto desde el que se puede apreciar por primera vez el río Jordán. Desde aquí vemos, en el horizonte, como se asoman las varias iglesias y monasterios, entre ellas la iglesia ortodoxa dedicada a Juan, quien pasó muchos años de su vida ofreciendo bautismo en esa zona. Destaca por su cúpula dorada y los frescos de su interior.
Desde la Iglesia ortodoxa de San Juan podremos bajar unas escaleras hasta llegar a una plataforma con acceso al río. No había nadie recibiendo el bautismo como sí nos pasó en el lado de Israel. Éste es el único acceso al Jordán desde Jordania, justo enfrente está Israel, ¡¡¡a tan sólo 5 metros!!!
¡¡Y aquí acabó la ruta!! Nos pareció una estafa que la ruta fuese tan rápida y tan básica. Unos pocos restos, 4 explicaciones y unos minutos a pie del río Jordán. El recinto es inmenso y se pueden ver varias cúpulas de diferentes iglesias y otros restos arqueológicos a los que ni siquiera te puedes acercar. Eso sí, el tour acabó en la tienda de agua del Jordán y tuvimos que perder casi media hora a que el guía decidiese que ya podíamos volver en bus al aparcamiento.
Después de este recorrido histórico-imaginativo, nos dirigimos sin más demora a uno de los spas del Mar Muerto, en concreto al Dead Sea Spa Resort, un hotel que permite los pases de un día a su centro acuático, que incluye varias piscinas y el acceso a su playa privada (20 JOD por persona).
El Mar Muerto es uno de los atractivos turísticos más conocidos de Jordania. Este lugar se encuentra en el punto más bajo de la tierra, a unos 400 metros bajo el nivel del mar, y con un microclima muy agradable con una temperatura media de 18ºC. El Mar Muerto tiene un alto porcentaje de salinidad (un 35%) por lo que es imposible hundirse. Asimismo, el Mar Muerto es un lugar idóneo para el relax ya que se respira un 8% más de oxígeno por la presión atmosférica, por lo que la sensación de bienestar se nota enseguida.
Los beneficios de sus aguas son conocidas desde la Antigüedad. El filósofo griego Aristóteles, en el siglo IV antes de Cristo, afirmaba que el Mar Muerto tenía “un agua muy amarga y salada en la cual los peces no pueden vivir”. También Herodes, del que se creía que padecía de psoriasis, y Cleopatra se beneficiaron de sus propiedades. Se cree que en el Mar Muerto se asentaron las ciudades bíblicas de Sodoma, y Gomorra.
Las propiedades de sus aguas y de sus barros hacen de este sitio un balneario natural muy recomendable no solo para tratamientos de belleza sino para la cura de enfermedades óseas, cutáneas y circulatorias. Es muy recomendable untarse el fango, esperar a que se seque, y quitárselo dándose un baño en sus aguas ya que el lodo sale fácilmente y deja la piel suave.
El procedimiento sería el siguiente:
- Darse un primer baño con flotación durante no más de 10 minutos.
- Salir del agua para rebozarnos en el famoso barro del Mar Muerto, que tendremos a nuestra disposición en un cubo junto a la orilla.
- Mantenerse rebozado en barro hasta que se seque (15-20min).
- Volver al agua para quitarse bien el barro.
- Finalmente, volver a salir a darnos una ducha que nos limpie por completo.
La sensación de flotabilidad en el agua es muy elevada. Tanto que no te puedes poner ni de pie (y además el suelo está lleno de piedras), pues el agua tira de tus piernas hacia arriba. Sólo puedes estar tumbado boca arriba. Se ha de tener mucho cuidado de que no entre una gota de agua en los ojos (la salinidad abrasa), ni tampoco en la boca (y no bañarse con heridas o cortes). Lo mejor es lo recomendado, un breve baño durante el que descubres la sensación de flotabilidad…y para fuera.
Después de esta experiencia única, pasamos el resto del día en el resort, donde comimos y seguimos disfrutando de sus piscinas e instalaciones. Hay una cafetería en la piscina que hacen menús con pizza o hamburguesas (menú 10JOD).
Por la tarde, cuando estuvimos listos para dejar el spa, nos acercamos hasta el Dead Sea Panoramic Complex (entrada 1JOD), un pequeño museo que nos explica la historia del Mar Muerto, un jardín de rocas en el exterior, y una terraza panorámica con estupendas vistas. Desde el complejo sale un sendero que discurre junto al Wadi y permite conocer la flora y fauna locales, el Zara Cliff Walk (1,4km, unos 25min).
Ahora sí, después de este segundo día taaaaan intenso, regreso a nuestro hotel en Madaba y salimos a cenar de nuevo en Haret Jdoudna. Fantástico!!