El viernes fue nuestro último día en Phuket. Pasamos la mañana en la playa y en la piscina del hotel. Íbamos a darnos un masaje, pero hubo un apagón y no pudo ser. Después de comer (de nuevo en el restaurante de enfrente), nos fuimos hacia el aeropuerto para regresar a Bangkok.
Esta vez nos alojamos en la parte nueva de la capital, en el Royal View Resort-Rang Nam, en la zona de los centros comerciales, los rascacielos y la Plaza de Siam. Llegamos a media tarde y, tras instalarnos en el hotel, salimos a pasear.
En pleno centro de la ciudad, hallamos la zona de Siam Square, donde contemplamos la zona más comercial y lúdica de la ciudad, dominada por grandes edificios y centros comerciales, entre los que destaca el famoso MBK.
El edificio fue inaugurado en 1985 y es uno de los centros comerciales más grandes de Asia. En sus ocho plantas, tiene más de 2.000 tiendas y 150 restaurantes. Entre los locales comerciales, encontramos tiendas de ropa, electrónica, móviles y todo tipo de artículos. Los precios en general son bastante económicos aunque, como los principales clientes del MBK son los tailandeses de clase media, no serán los más baratos de Bangkok. A diferencia de otros centros comerciales de la ciudad, en el MBK es posible regatear los precios, como en los mercados de la calle.
En la sexta planta se encuentra una zona de restauración con decenas de puestos y platos típicos de casi todo el país y del extranjero. Incluso había un magnífico puesto vegetariano para nuestra viajera Bea. Para pagar, primero hay que adquirir una tarjeta de crédito provisional. Si no se gasta todo el importe, te devuelven el dinero.
Por otro lado, también encontramos el Siam Paragon, el centro comercial más lujoso de Bangkok y de toda Tailandia. Si lo tuviéramos que comparar con algún centro comercial europeo, nos sería difícil encontrar similitudes. En su interior, además de tiendas de ropa elitistas, encontramos concesionarios de coches como Lamborghini, la Ópera de Siam y el Siam Ocean World, actualmente el acuario más grande de Asia con más de 30.000 animales. Como curiosidad, en este acuario se puede, entre otras cosas, bucear con tiburones.
En la Plaza de Siam también encontramos el HARD ROCK CAFÉ. Intentamos cenar allí, pero no pudimos debido a la masificación de gente y a la falta de menú vegetariano.
Regresamos caminando a nuestro hotel y acabamos cenando en un restaurante hindú. Aunque no nos entusiasmó, estábamos ya muy cansados.