En nuestro último día en la Capadocia visitamos las dos ciudades subterráneas más importantes de la región, Derinkuyu y Kaymakli. Paseamos por los pueblos de Ayvali y Mustafapasa, y acabamos dando un paseo por Urgup y Devrent, el Valle de la Imaginación.
Nuestra primera visita fue la Ciudad Subterránea de Derinkuyu, una de las 37 ciudades subterráneas de la región y su nombre significa “pozo profundo”. Descubierta en el año 1963 cuando un habitante, derribando una pared de su casa-cueva, encontró una misteriosa habitación que nunca había visto… y esta la llevó a otra, y ésta a otra y otra. Fue en ese momento en que se acababa de descubrir la ciudad subterránea más grande conocida hasta la actualidad.
El primer nivel pudo haber sido excavado por los hititas alrededor del año 1400 a. C. y se estima que su profundidad es de 85 metros.
En la actualidad se han descubierto 20 niveles. La ciudad podía alojar cómodamente a unas 5.000 personas pero, si se desataba alguna crisis, podía llegar a ser ocupada por 20 mil personas.
En los niveles recuperados se han localizado establos, comedores y cocinas, todavía ennegrecidas por el hollín de las hogueras. Además de prensas para el vino y para el aceite, bodegas, una escuela, así como también una iglesia de planta cruciforme de 20 por 9 metros con un techo de más de tres metros de altura. También contaba con áreas específicas donde se colocaban los muertos hasta que las condiciones en la superficie eran favorables para su correcta eliminación.
La ciudad se beneficiaba de la existencia de un río subterráneo. Tenía pozos de agua y un magnífico sistema de ventilación. Se han descubierto 52 pozos de ventilación que conectan con un enorme sistema secundario de distribución de aire, compuesto de más de 15.000 pequeños conductos.
Estos pozos de ventilación suministraban el aire a todos los aposentos de la ciudad, por lo que facilitaba una atmósfera respirable. Independientemente del clima exterior, todas las galerías conservan una temperatura de 13ºC y, además, se cree que a través de estos pozos de ventilación se sacaban al exterior los escombros de las excavaciones.
Se puede contratar un guía para hacer esta visita, así evitaréis perderos por los pasillos. Nosotros pagamos 20€ por este servicio.
Después de esta visita seguimos nuestro camino hasta Kaymali, para ver la segunda ciudad subterránea de este día. Los habitantes de Kaymakli han construido sus casas en torno a la ciudad subterránea y, aún hoy, la utilizan como bodega, almacén o establos. Las puertas de la ciudad subterránea se abrieron al turismo en el año 1964.
Aunque es difícil establecer con precisión la fecha de su construcción, fue la civilización hitita la primera en grabar las paredes de la ciudad. Por esta razón, se estima que pertenece a esta etapa.
Posteriormente se excavaron nuevos niveles y su construcción se completó en un lapso de tiempo que va desde el siglo VII al X.
La ciudad está conformada por habitaciones unidas por un intrincado sistema de túneles angostos y en pendiente, completamente excavados en la roca. Las galerías se construyeron en torno a los conductos de ventilación.
Kaymakli tiene ocho niveles, de los que sólo se pueden visitar cuatro. La superficie total de la ciudad es aproximadamente de 2.500 m2. Está considerada la más extensa y presenta una profundidad de 50 metros. Se estima que pudo llegar a estar habitada por más de 3.000 personas.
El primer nivel era la planta que correspondía al establo, donde se ubicaba al ganado además de otros tipos de animales. En el segundo nivel se hallaron una iglesia con frescos del periodo bizantino así como una pila bautismal y varios sepulcros. En el tercer nivel se encontró las zonas de almacenaje y las cocinas. Finalmente, en el cuarto nivel se localizaron las bodegas y varias habitaciones.
En esta segunda ciudad subterránea también contratamos a un guía, que por 10€ nos acompañó en nuestro recorrido subterráneo. Después de visitar estas dos fantásticas ciudades, nos dirigimos hacia el norte, pasando por Ayvali, una preciosa aldea con aires griegos.
Nuestra siguiente parada fua Mustafapasha, otra preciosa aldea de arquitectura singular al haber estado habitada por griegos ortodoxos hasta el siglo XX, con casas de piedra, puertas de madera esculpidas y porches con columnas para refugiarse del calor. Una de ellas es visitable, justo en el centro del pueblo, frente a la madraza.
En la plaza central, Cumhuriyet Meydani, se encuentra la Konstantin-Eleni Kilisesi, iglesia de San Constantino y Santa Elena.
También destaca una madraza del siglo XIX, construida por orden de Misirli Shakir Mehmet Pasha, para educar a los hijos de las familias turcas.
Esta madraza presenta un portal finamente tallado y a ambos lados de la entrada hay columnas giratorias. Actualmente es utilizada por la Escuela Vocacional de Capadocia. Frente a esta Madrasa se encuentra una antigua iglesia convertida en mezquita del siglo XVII llamada Camii Kebir. Dimos un paseo por Mustafapasha y comimos en un precioso restaurante en el que estábamos solos. Nos encantó Mustafapasa y recomendamos su visita.
Después de esta visita seguimos hasta Ürgup. Antes de llegar a Ürgup se encuentran las famosas Chimeneas de Hadas Gemelas, que dan la bienvenida a la ciudad. Presentan un atractivo mirador y un pequeño mercado (hay otra un poco más alejada).
Según cuentan, el rey de la zona, tras la muerte de su esposa, se refugió en el cariño de su hija, la princesa. Se preocupaba mucho por ella. Era hermosa y encantadora y muchos hombres del país la querían para casarse. Pero la princesa se enamoró de un pastor. El rey desaprobó esa unión y determinó que la princesa se casara con otro hombre, por lo que se escapó del palacio y se casó en secreto con el pastor.
Pasaron varios años y la princesa dio a luz a un bebé. Pensó que si le enseñaba al rey su nieto éste le perdonaría, pero en cuanto llegaron al palacio y vieron al rey, éste no tuvo piedad y ordenó a los soldados matar a toda la familia.
La princesa mientras trataba de escapar de los soldados exclamó: “por favor, Dios mío, haznos de piedra o conviértenos en pájaros”. Dios aceptó su oración e inmediatamente los convirtió en piedra. Las Three Beauties, las tres chimeneas simbolizan a la princesa, su esposo y a su hijo.
Una vez en Ürgup se puede ver el Kadikale o Castillo de las damas, que se encuentra a 500 metros al norte de la Temenni Tepesi (colina de los deseos), y es una fortaleza de roca donde las mujeres y niños se refugiaban durante las guerras, en el período selyúcida; un museo arqueológico y el hamman más antiguo de Turquía.
Dimos un paseo por Ürgup, por el antiguo barrio griego, donde las casas han sido restauradas y convertidas en hoteles y restaurantes. Si os apetece, antes de dejar este bonito pueblo, podéis pasaros por una bodega y catar uno de sus vinos, producidos a partir de la deliciosa uva emir, variedad que germina en los suelos volcánicos del Valle de Devrent.
Capadocia es una de las regiones productoras de vino más grandes de Turquía. La reconocida Bodega Turasan suministra el 60% de vinos de Capadocia y ofrece recorridos y degustaciones gratuitas en su bodega tallada en la roca.
En el punto más alto de la ciudad de Urgup se encuentra una colina rocosa desde cuya cima se tiene una bellísima vista panorámica, con la posibilidad de ver el monte Erciyes en días despejados. Pero para disfrutar del paisaje, se debe subir una empinada cuesta de recorrido corto pero abrupto.
En la antigüedad, esta colina era un lugar sagrado y se utilizaba para realizar sacrificios como ofrenda a los dioses y poder conseguir sus favores.
En lo alto de la colina, al oeste, se encuentra la réplica de la tumba de Kiliç-Arslan IV (la original se encuentra en Konya), un sultán selyúcida del Ron que fue asesinado en el año 1265.
También se encuentra, a su lado, la tumba de Alaeddin Keykubad III, otro sultán del Ron Seljuk quien reinó desde 1298 hasta su muerte en el año 1302. Alaeddin se refugió en las cuevas de Ürgüp durante la lucha contra los mongoles y vivió ahí por un tiempo.
Al lado de ésta hay otra pequeña construcción, un edificio que se utilizó como la primera biblioteca de Anatolia. Y hoy en día, es un jardín de té en el que se exhiben fotografías y dibujos que muestran cómo era Ürgüp en 1833.
Después de esta visita paramos en el Valle de la Imaginación para admirar, desde el mirador de la carretera, las distintas figuras en las rocas, como animales u otras curiosas figuras.
Las originales y caprichosas formas que adquieren las chimeneas de hadas esparcidas por su superficie crean una obra de arte natural. Recorrer el valle puede durar una hora pero el acceso es difícil. Hay que subir por una empinada cuesta de tierra muy resbaladiza.
Antes de regresar al hotel nos acercamos al mirador Çatalkaya, para admirar otra de las muchas vistas espectaculares, esta vez del Valle Rojo, y disfrutar de la puesta de sol. Tras pasar por el hotel , salimos a cenar por Goreme.