Tocaba seguir con la ruta y dejar la Capadocia, un lugar que quedaría siempre en nuestros corazones. Pusimos rumbo a Ankara, la capital, pero antes, eso sí, hicimos un par de visitas más.
Hicimos una breve parada en Gülsehir, uno de los primeros asentamientos de Capadocia, y un importante centro religioso hasta el siglo VIII, alcanzando su máximo esplendor tras la conquista del reino otomano, cuando se construyeron fuentes, madrazas, biblioteca, baños turcos y posadas.
Visitamos la Karsi Kilise (Iglesia de San Juan). Dividida en dos pisos, conserva los frescos más bellos de Capadocia. La iglesia inferior tiene una planta en forma de cruz griega y las paredes adornadas con motivos geométricos y florales en ocre rojo. La bóveda se ha derrumbado.
Una escalera de hierro lleva a la iglesia superior, totalmente cubierta de frescos de colores brillantes sobre fondo negro. El techo central está decorado con medallones
de Santos bizantinos. El resto de la iglesia está ornamentado con frescos de escenas del Evangelio. En los alrededores también se encuentra el Palacio de Acikasary o palacio abierto. Complejo de casas y capillas rupestres de los siglos X y XI.
Nuestra siguiente parada fue el Monasterio de Hacibektas, fundador de la cofradía mística de derviches Bektasi. Sus miembros representan el 15% de la población turca, contrastan el integrismo con la ostentación, no respetan el ayuno del ramadán, no frecuentan las mezquitas, beben vino, fuman hachís y propugnan la educación de la mujer.
El convento está formado por 3 patios que rodean antiguas celdas, actualmente transformadas en museo con exposiciones de objetos y reconstrucciones de ambientes. El convento conserva una fuente construida por Fevzi Baba en 1897. A la derecha de la entrada hay una pequeña sala sin decorar dedicada a la meditación.
A la izquierda está la Meydan Evi, la sala donde tienen lugar las ceremonias de iniciación, con techo de madera y una inscripción de 1367. El jardín del tercer patio alberga un cementerio y el mausoleo dedicado al fundador de la cofradía. En las ramas de la morera hay muchas tiras de tela; al igual que en otros lugares de Anatolia, se trata de ofrendas votivas.
Sin hacer ninguna otra parada, llegamos a Ankara, nos instalamos en el Hotel Midas y comimos justo delante del hotel. No recomendamos especialmente este hotel. La suite era impresionante y a un precio muy económico, pero hacía un calor infernal y tras discutir mucho con los de recepción, no conseguimos que nos arreglasen el aire acondicionado. Además, enfrente del hotel hay un hospital y hay mucho movimiento de coches y ambulancias, y si quieres café en el desayuno, lo has de pagar a parte. Fue un cúmulo de detalles que no nos gustaron.
Una de las visitas destacadas en es Mausoleo de Atatürk, donde se encuentran las tumbas del primer y segundo presidente de la República de Turquía. Es un llamativo e imponente edificio que alberga una exhibición acerca de Atatürk, con sus efectos personales, incluido su perro embalsamado y una biblioteca personal. También se puede visitar un Museo sobre la Guerra de la Independencia.
Para acceder al complejo hay que pasar los controles de seguridad y cruzar el parque que lo rodea dando un paseo de 15 min, también hay autobuses gratuitos (nosotros no lo visitamos por falta de tiempo).
Después de comer cogimos un taxi hasta la Mezquita de Kocatepe, símbolo de Ankara. Es una de las mezquitas más grandes del mundo, y también de las más nuevas, construida entre 1967 y 1987. Puede albergar hasta 24,000 de visitantes al mismo tiempo. Cuenta con una decoración impresionante, cúpulas y torres de estilo otomano, y cuatro minaretes que alcanzan una altura de 88 metros. Su imponente construcción la hace visible desde casi todo el centro de Ankara.
Con otro taxi nos desplazamos hasta la Ciudadela y estuvimos paseando por sus callejuelas hasta la puesta de sol.
Este reciento bien conservado de gruesas murallas y sugestivas calles, adoptó su aspecto actual en el S.IX, cuando el emperador bizantino Miguel II construyó las fortificaciones exteriores. Las interiores datan del S.VII.
Frente a la Parmak Kapisi (Puerta del Dedo) está el restaurado Çengelhan, que alberga el Museo Industrial. Tras cruzar la puerta y algo a la izquierda, aparece la Aleattin Camii. La mezquita de la Ciudadela data del S.XII. A la derecha, una empinada calle conduce a unas escaleras que suben a la Sark Kulesi (Torre del Este), con vistas panorámicas de la ciudad.
Dentro de la ciudadela la gente sigue viviendo como en un pueblo tradicional turco así que lo mejor es perdernos por el laberinto de calles y pasear. Antes de regresar, tomamos un té de menta y cogimos otro taxi hasta el hotel.
Los taxis fuera de Estambul son muy baratos y se pueden parar en la calle sin problema. En zonas de poco tránsito hay que buscar las paradas que vienen señalizadas con un poste y tienen un timbre para avisar.
En Ankara hay varios museos destacables así como restos romanos de interés, pero en nuestro breve paso por la ciudad, descartamos otras visitas.
Seguimos discutiendo con los de recepción por el aire acondicionado y ni siquiera salimos a cenar.