Por la mañana tuvimos tiempo libre para seguir visitando la ciudad de El Cairo. Comimos en el hotel y nos trasladamos al aeropuerto para tomar un avioncito pequeño con destino a Luxor, donde embarcamos en el buque de crucero Nile Premium. Cena y noche a bordo.
Durante nuestra mañana libre en El Cairo, cogimos un taxi en el hotel para que nos acompañase a varios sitios y nos esperase durante las visitas. Pactamos el precio y salimos a explorar la ciudad.
El barrio de Ibn Tulún cuenta con numerosas madrazas, palacios y mausoleos. Visitamos las tres grandes mezquitas mientras recorríamos el barrio.
Se trata de la mezquita más antigua y más grande de la ciudad. Fue construida entre los años 876 y 879 por orden de Ahmad ibn Tulun, gobernador Abassida de Egipto entre 868 y 884. Se construyó en la antigua ciudad de Al-Qatta´i, hoy en día absorbida por El Cairo.
Esta mezquita pretendía ser un gran centro ceremonial, de hecho fue construida en la Gebel Yashkur (la colina de dar gracias) una pequeña colina en la que la leyenda local decía que el Arca de Noé había quedado varada (en lugar del Monte Ararat). Originalmente tras ella se ubicaba el palacio de Ibn Tulun, y éste tenía acceso propio a la mezquita. La ciudad de Al-Qatta´i fue destruida en el siglo X y anexionada a El Cairo, la mezquita es la única estructura que se conserva.
Se trata de una mezquita tradicional orientada a la Meca. En el centro del patio presenta una fuente o sabil, para realizar las abluciones previas a la oración, esta construcción es posterior a la mezquita, del siglo XIII, construida por orden del sultán Lajin.
El minarete de esta mezquita tiene forma helicoidal, con una escalera exterior envolvente, la leyenda dice que el propio ibn Tulun descansando con sus oficiales, inspiró la construcción envolviéndose una tela entorno a su dedo en espiral.
La mezquita ha sido restaurada en muchas ocasiones, la primera en 1177 por orden del visir fatimida Badr al-Jamali, en 1296 llegó su segunda restauración con la construcción del minarete por orden del sultán Lajin. En los años siguientes se constuyeron muchas casas a su alrededor, la mayoría serían demolidas en 1928 por orden del Comité para la conservación de monumentos árabes, aunque dos se conservaron: la casa de la mujer cretense (Beit al-Kritliyya) y la Beit Amna bint Salim, que en la actualidad se comunican por un puente construido a la altura del tercer piso. En 2004 sufrió su última restauración por orden del Consejo para conservación del Patrimonio y Antigüedades de Egipto. Esta mezquita fue escenario para la película “El espía que me amó”, de la saga de James Bond.
Las vistas desde el minarete son espectaculares, tanto del conjunto monumental como de la vida que transcurre alrededor dela mezquita, con ese tráfico caótico y ese desorden que lo rodea todo.
Originalmente, la Mezquita del Sultán Hassan era una madraza, es decir, una escuela dedicada al Islam. Sin embargo, adquirió el estatus de mezquita congregacional para los sermones de los viernes, y desde entonces es una de las más visitadas de la ciudad.
La Mezquita del Sultán Hassan es una de las muestras más delicadas y sobresalientes de arquitectura mameluca de El Cairo. Es considerada una de las mezquitas más bellas de la ciudad, e incluso algunos la citan como parte de los mayores monumentos islámicos de todo el mundo.
Con referencias tan impresionantes, es evidente que admirar la belleza de este monumento y visitar su interior son tareas obligadas.
El Sultán Hassan fue, como es obvio, el fundador de esta mezquita. Fue gobernante de Egipto en dos ocasiones: en 1347, con sólo 13 años, y posteriormente en 1356. En la primera ocasión fue destronado por funcionarios cercanos, y en el segundo período fue asesinado, pero a él se debe la magnífica construcción islámica que hoy nos ocupa.
Los trabajos de construcción se iniciaron el mismo año en que Hassan accedió al trono por segunda vez. Con 150 metros de largo, 35 de alto y un minarete mayor de 68 metros, es considerado una de las más grandes mezquitas a nivel mundial.
Cinco años después que las obras hubieron comenzado, uno de los minaretes se derrumbó y causó la muerte de más de tres mil personas. Esta tragedia fue interpretada como un mal presagio, y por ello el Sultán Hassan fue asesinado en 1361. No fue hasta dos años después de este fallecimiento que la mezquita estuvo culminada, a cargo de uno de sus funcionarios, Bashir Al Gamdar.
La mezquita de Al-Rifai, está situada frente a la Mezquita-Madraza del Sultán Hassan, y data de alrededor de 1361. La mezquita fue construida al lado de dos grandes plazas públicas y junto a varios bulevares de estilo europeo. La mezquita de Al-Rifai se construyó en dos fases durante el período comprendido entre 1869 y 1912, cuando fue terminada finalmente.
La mezquita es el lugar de descanso de Khushyar Hanim y su hijo Isma'il Pasha, así como numerosos otros miembros de la familia real de Egipto, incluyendo al rey Faruk, último rey de Egipto reinante, cuyo cuerpo fue enterrado aquí después de su muerte en Roma en 1965. La mezquita sirvió brevemente como el lugar de descanso de Reza Shah Pahlavi de Irán, que murió en el exilio en Sudáfrica en 1944, y fue devuelto a Irán después de la Segunda Guerra Mundial. Parte de la cámara funeraria está ocupado actualmente por el hijo de Reza Shah Pahlavi de Mohammed Reza, quien murió en El Cairo en 1980.
Tras estas visitas, regresamos al hotel en nuestro taxi y, después de comer, nos fuimos al aeropuerto para poner rumbo a Luxor. Nuestro guía Ahmed salió en tren hacia Luxor la noche anterior, y a nuestra llegada, ya nos estaba esperando en el barco para darnos de nuevo la bienvenida para nuestra segunda etapa del viaje: El crucero por el Nilo.
Nada más instalarnos, nos ofreció la posibilidad de realizar un paseo nocturno en calesa por los bazares de Luxor, y como a nosotros no hay actividad que se nos resista, ¡allá que fuimos!.
Cogimos dos calesas, una para mi marido y para mí, y otra para mi madre, que iba acompañada de Ahmed. Nos metimos por mitad del zoco, literalmente. Algunas paradas tenían que abrirnos paso para poder avanzar.
Pasear en coche de caballos en medio de un mercado egipcio es como vivir en dos mundos diferentes. Por un lado, el lujo del carruaje brilla con todo su esplendor, mientras que alrededor, el mercado bulle de vida con una mezcla de aromas, voces y colores. Niños descalzos corren entre los puestos, pidiendo algunas monedas, y los vendedores intentan ganarse la vida con lo poco que tienen.
El contraste es brutal. La elegancia del coche de caballos destaca aún más en medio de la pobreza que lo rodea. Es como ver un destello de opulencia en un mar de necesidad. Cada paso de los caballos parece resonar más fuerte, acentuando la disparidad entre los mundos. La realidad del mercado, con su lucha diaria, hace que el lujo del coche de caballos parezca aún más fuera de lugar. Es un recordatorio constante de las desigualdades que existen en la sociedad.
Hicimos una parada para tomarnos un té a la menta y de nuevo en calesa, pudimos contemplar por primera vez, la avenida de las Esfinges. Era sólo un anticipo de lo que nos esperaba.
Cenamos a bordo y tras contemplar las luces de Luxor desde la cubierta, nos fuimos a descansar. Íbamos a dormir a orillas del Valle de los Reyes.